Encontrados 25 resultados para: Bastidores

  • También hicieron los bastidores para sostener la Morada. Los construyeron con madera de acacia, y los dispusieron verticalmente. (Exodo 36, 20)

  • Hicieron veinte de estos bastidores para el lado sur de la Morada, el que da hacia el Négueb, (Exodo 36, 23)

  • Para el otro costado de la morada, el lado septentrional, hicieron también veinte bastidores (Exodo 36, 25)

  • Para el fondo de la Morada, hacia el oeste, hicieron seis bastidores, (Exodo 36, 27)

  • que estaban unidos de abajo hacia arriba, hasta la altura de la primera argolla. Así lo hicieron con los dos bastidores destinados a los dos ángulos. (Exodo 36, 29)

  • Había, por lo tanto, ocho bastidores con sus bases de plata, o sea, dieciséis bases, dos para cada bastidor. (Exodo 36, 30)

  • Luego hicieron cinco travesaños de madera de acacia para mantener alineados los bastidores que estaban a un lado de la Morada, (Exodo 36, 31)

  • Y el travesaño central lo hicieron de tal manera que pudiera pasar a media altura de los bastidores, de un extremo hasta el otro. (Exodo 36, 33)

  • Finalmente, recubrieron de oro los bastidores, les pusieron unas argollas de oro para pasar por ellas los travesaños, y también a estos últimos los recubrieron de oro. (Exodo 36, 34)

  • Entonces presentaron a Moisés la Morada, la Carpa y todo su mobiliario: los ganchos, los bastidores, los travesaños, las columnas con sus bases; (Exodo 39, 33)

  • Para ello, Moisés asentó sus bases, colocó sus bastidores, dispuso sus travesaños y levantó sus columnas. (Exodo 40, 18)

  • Los hijos de Merarí tenían a su cargo el cuidado de los bastidores de la Morada, sus travesaños, sus postes, sus bases y todos sus enseres: todo el servicio relacionado con esos objetos. (Números 3, 36)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina