Encontrados 290 resultados para: Bet

  • "Está bien, respondió Betsabé, yo misma le hablaré de ti al rey". (I Reyes 2, 18)

  • Betsabé fue a presentarse al rey Salomón para hablarle de Adonías. El rey se levantó, fue a su encuentro y le hizo una inclinación. Luego se sentó en su trono, mandó poner un trono para la madre del rey, y ella se sentó a su derecha. (I Reyes 2, 19)

  • el hijo de Déquer, en Macás, Saalbím, Bet Semes y Elón, hasta Bet Janán; (I Reyes 4, 9)

  • Baaná, hijo de Ajilud, en Taanac y Meguido, y en todo Bet Seán, que está al lado de Sartán por debajo de Izreel, desde Bet Seán hasta Abel Mejolá, más allá de Iocmeám; (I Reyes 4, 12)

  • Luego puso un ternero en Betel y el otro en Dan. (I Reyes 12, 29)

  • Además, celebró una fiesta el día quince del octavo mes, como la fiesta que se celebraba en Judá, y subió al altar. Esto lo hizo en Betel, donde ofreció sacrificios a los terneros que había fabricado. En Betel estableció a los sacerdotes de los lugares altos que había erigido. (I Reyes 12, 32)

  • El día quince del octavo mes -fecha que había elegido arbitrariamente- subió al altar que había levantado en Betel. Así celebró una fiesta para los israelitas, y subió al altar para quemar incienso. (I Reyes 12, 33)

  • Un hombre de Dios vino de Judá a Betel, por orden del Señor, mientras Jeroboám estaba de pie junto al altar para quemar incienso. (I Reyes 13, 1)

  • Al oír la palabra que el hombre de Dios proclamaba contra el altar de Betel, Jeroboám extendió su brazo desde encima del altar, diciendo: "¡Deténganlo!". Pero el brazo que había extendido hacia el hombre de Dios le quedó paralizado, y no pudo volverlo atrás. (I Reyes 13, 4)

  • Y se fue por otro camino, sin retomar el que había recorrido para venir a Betel. (I Reyes 13, 10)

  • Había un viejo profeta que vivía en Betel. Sus hijos fueron a contarle todo lo que el hombre de Dios había hecho aquel día en Betel, y también le contaron a su padre las palabras que había dicho al rey. (I Reyes 13, 11)

  • porque ciertamente se cumplirá la palabra que él proclamó, por orden del Señor, contra el altar de Betel y contra todos los santuarios de los lugares altos que están en las ciudades de Samaría". (I Reyes 13, 32)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina