Encontrados 58 resultados para: Cadáveres

  • Sus pichones se hartan de sangre; donde hay cadáveres, allí está ella. (Job 39, 30)

  • dieron los cadáveres de tus servidores como pasto a las aves del cielo, y la carne de tus amigos, a las fieras de la tierra. (Salmos 79, 2)

  • juzgará a las naciones, amontonará cadáveres y aplastará cabezas por toda la tierra. (Salmos 110, 6)

  • Hizo pasar al filo de la espada a todos los varones, arrasó la ciudad, la saqueó y la atravesó por encima de los cadáveres. (I Macabeos 5, 51)

  • "Desparramaron los cadáveres y la sangre de tus fieles alrededor de Jerusalén y nadie les daba sepultura". (I Macabeos 7, 17)

  • Cuando estuvo cerca de Azoto le mostraron el templo de Dagón incendiado, la ciudad y sus alrededores en ruinas, los cadáveres esparcidos y los restos calcinados de los que habían sido quemados en la batalla, porque los habían amontonado por donde iba a pasar el rey. (I Macabeos 11, 4)

  • Los hombres de Judas fueron al día siguiente -dado que el tiempo urgía- a recoger los cadáveres de los caídos para sepultarlos con sus parientes, en los sepulcros familiares. (II Macabeos 12, 39)

  • Todos por igual tenían innumerables cadáveres, abatidos por el mismo género de muerte. Los sobrevivientes no daban abasto para sepultarlos, porque en un instante había sido destruido lo mejor de su estirpe. (Sabiduría 18, 12)

  • Cuando los cadáveres yacían amontonados unos sobre otros, él se interpuso, contuvo la cólera divina y le cerró el camino hacia los que aún vivían. (Sabiduría 18, 23)

  • Por eso la ira del Señor se enciende contra su pueblo: el Señor extiende su mano contra él y lo golpea, se estremecen las montañas y sus cadáveres son como basura en medio de las calles. A pesar de todo esto, no se aplacó su ira y su mano está aún extendida. (Isaías 5, 25)

  • Pero tus muertos revivirán, se levantarán sus cadáveres. ¡Despierten y griten de alegría los que yacen en el polvo! Porque tu rocío es un rocío de luz, y la tierra dará vida a las Sombras. (Isaías 26, 19)

  • Sus víctimas son arrojadas afuera, de sus cadáveres sube el hedor, y con su sangre se disuelven las montañas. (Isaías 34, 3)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina