Encontrados 26 resultados para: Cana%C3%A1n
Vedán y Javán, desde Uzal, entregaban hierro forjado, casia y caña aromática, a cambio de tus mercaderías. (Ezequiel 27, 19)
Entonces todos los habitantes de Egipto sabrán que yo soy el Señor. Porque tú has sido un apoyo de caña para la casa de Israel: (Ezequiel 29, 6)
Mientras los enviados de Juan se retiraban, Jesús empezó a hablar de él a la multitud, diciendo: «¿Qué fueron a ver al desierto? ¿Una caña agitada por el viento? (Mateo 11, 7)
No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; (Mateo 12, 20)
Luego tejieron una corona de espinas y la colocaron sobre su cabeza, pusieron una caña en su mano derecha y, doblando la rodilla delante de él, se burlaban, diciendo: «Salud, rey de los judíos». (Mateo 27, 29)
Y escupiéndolo, le quitaron la caña y con ella le golpeaban la cabeza. (Mateo 27, 30)
En seguida, uno de ellos corrió a tomar una esponja, la empapó en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber. (Mateo 27, 48)
Y le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando la rodilla, le rendían homenaje. (Marcos 15, 19)
Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber, diciendo: «Vamos a ver si Elías viene a bajarlo». (Marcos 15, 36)
Cuando los enviados de Juan partieron, Jesús comenzó a hablar de él a la multitud, diciendo: «¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? (Lucas 7, 24)
Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. (Juan 2, 1)
Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él. (Juan 2, 11)