Encontrados 11 resultados para: Carrera

  • y tan pronto como extendió su brazo, los hombres que estaban emboscados salieron rápidamente de su escondite, entraron a la carrera en la ciudad, la tomaron y la incendiaron sin perder un instante. (Josué 8, 19)

  • Además, yo vi otra cosa bajo el sol: la carrera no la gana el más veloz, ni el más fuerte triunfa en el combate; el pan no pertenece al más sabio, ni la riqueza al más inteligente, ni es favorecido el más capaz, porque en todo interviene el tiempo y el azar. (Eclesiastés 9, 11)

  • el violento estruendo de las rocas cayendo en avalanchas, la invisible carrera de animales encabritados, el rugido de las fieras más salvajes, el eco que retumba en los huecos de las montañas, todo los llenaba de terror y los paralizaba. (Sabiduría 17, 19)

  • Cuando un silencio apacible envolvía todas las cosas, y la noche había llegado a la mitad de su rápida carrera, (Sabiduría 18, 14)

  • ¡Qué grande es el Señor que lo ha creado! A una orden suya, él emprende su rápida carrera. (Eclesiástico 43, 5)

  • Si ya te fatiga una carrera de a pie, ¿cómo competirás con los caballos? Si en una tierra de paz no te sientes seguro, ¿qué harás en la espesura del Jordán? (Jeremías 12, 5)

  • ¡Se convoca a las tropas escogidas, tropiezan en su carrera! Se abalanzan sobre la muralla y se coloca el parapeto. (Nahún 2, 6)

  • Y al final de su carrera, Juan decía: "Yo no soy el que ustedes creen, pero sepan que después de mí viene aquel a quien yo no soy digno de desatar las sandalias". (Hechos 13, 25)

  • Pero poco me importa la vida, mientras pueda cumplir mi carrera y la misión que recibí del Señor Jesús: la de dar testimonio de la Buena Noticia de la gracia de Dios. (Hechos 20, 24)

  • Esto no quiere decir que haya alcanzado la meta ni logrado la perfección, pero sigo mi carrera con la esperanza de alcanzarla, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús. (Filipenses 3, 12)

  • he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe. (II Timoteo 4, 7)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina