Encontrados 97 resultados para: Combatir
Saúl dijo a David: "Ahí tienes a Merab, mi hija mayor; te la voy a dar por esposa, pero tendrás que servirme valerosamente y combatir en las guerras del Señor". En realidad, Saúl pensaba: "Que sean los filisteos, y no yo, los que pongan su mano sobre él". (I Samuel 18, 17)
Al reanudarse la guerra, David salió a combatir contra los filisteos; les infligió una gran derrota y ellos huyeron ante él. (I Samuel 19, 8)
Y añadió: "¡Por la vida del Señor, ha de ser el mismo Señor el que lo hiera, sea cuando le llegue la hora de morir, o cuando baje a combatir y perezca! (I Samuel 26, 10)
En aquellos días, los filisteos concentraron sus fuerzas para entrar en batalla y combatir contra Israel. Aquís dijo a David: "Tienes que saber que irás conmigo al frente, tú y tus hombres". (I Samuel 28, 1)
Pero los jefes filisteos se irritaron contra Aquís y le dijeron: "¡Despide a ese hombre! Que se vuelva al lugar que le has asignado y no baje a combatir con nosotros, no sea que lo tengamos como adversario en pleno combate. ¿Con qué va a congraciarse con su señor sino con la cabeza de estos hombres? (I Samuel 29, 4)
David dijo a Aquís: "¿Qué he hecho? ¿Has sorprendido a tu servidor en alguna falla, desde que entré a tu servicio hasta hoy, para que no pueda ir a combatir contra los enemigos de mi señor, el rey?". (I Samuel 29, 8)
¿Quién puede estar de acuerdo con lo que ustedes proponen? Porque la parte que le toca al que baja a combatir le tocará también al que cuida el equipaje: juntos participarán del botín". (I Samuel 30, 24)
Pero Abisai, hijo de Seruiá, acudió en su auxilio y abatió al filisteo, dándole muerte. Los hombres de David lo conjuraron, diciendo: "Tú no irás más a combatir con nosotros, no sea que extingas la lámpara de Israel". (II Samuel 21, 17)
Cuando tu pueblo salga a combatir contra su enemigo, por el camino que tú le señales, si ellos oran al Señor y vueltos hacia la ciudad que tú has elegido y hacia la Casa que yo edifiqué para tu Nombre, (I Reyes 8, 44)
Mientras tanto, Roboám llegó a Jerusalén y convocó a toda la casa de Judá y a la tribu de Benjamín -ciento ochenta mil guerreros adiestrados- para ir a combatir contra la casa de Israel y restituir el reino a Roboám, hijo de Salomón. (I Reyes 12, 21)
Así habla el Señor: No suban a combatir contra sus hermanos, los israelitas; vuelvan cada uno a su casa, porque esto ha sucedido por disposición mía". Ellos escucharon la palabra del Señor, y tomó cada uno el camino de regreso, conforme a la palabra del Señor. (I Reyes 12, 24)
Ben Hadad, rey de Arám, reunió todo su ejército, y acompañado de treinta y dos reyes, con caballería y carros de guerra, subió a combatir contra Samaría y la sitió. (I Reyes 20, 1)