Encontrados 237 resultados para: Comer

  • y el gobernador les prohibió comer de las ofrendas sagradas, hasta que un sacerdote consultara a Dios por medio del Urím y el Tumín. (Nehemías 7, 65)

  • Todo el pueblo se fue a comer y a beber, a repartir porciones y a hacer grandes festejos, porque habían comprendido las palabras que les habían enseñado. (Nehemías 8, 12)

  • Pero yo me cuidaba muy bien de comer esos manjares. (Tobías 1, 11)

  • Durante el reinado de Asaradón regresé a mi casa y me devolvieron a mi mujer Ana y a mi hijo Tobías. En nuestra fiesta de Pentecostés, que es la santa fiesta de las siete Semanas, me prepararon una buena comida y yo me dispuse a comer. (Tobías 2, 1)

  • Al volver, me lavé y me puse a comer muy apenado, (Tobías 2, 5)

  • enviaba el tejido a sus clientes y recibía el pago correspondiente. Una vez, el siete del mes de Distros, terminó un tejido y lo entregó a sus clientes. Estos le pagaron lo que correspondía y, además, le regalaron un cabrito para comer. (Tobías 2, 12)

  • Cuando entró en mi casa, el cabrito comenzó a balar. Yo llamé a mi mujer y le pregunté: "¿De dónde salió este cabrito? ¿No habrá sido robado? Devuélvelo a sus dueños, porque no podemos comer nada robado". (Tobías 2, 13)

  • Luego mataron un cordero del rebaño y los recibieron cordialmente. Después de lavarse y bañarse, se pusieron a comer. Entonces Tobías dijo a Rafael: "Hermano Azarías, dile a Ragüel que me dé por esposa a mi hermana Sara". (Tobías 7, 9)

  • Después llamó a la madre y le pidió que trajera una hoja de papiro. En ella redactó el contrato matrimonial, por el que entregaba a su hija como esposa de Tobías, conforme a lo prescrito en la Ley de Moisés. Después empezaron a comer y a beber. (Tobías 7, 14)

  • Cuando terminaron de comer y beber, decidieron ir a acostarse. Acompañaron al joven y lo hicieron entrar en la habitación. (Tobías 8, 1)

  • Aunque ustedes me veían comer, eso no era más que una apariencia. (Tobías 12, 19)

  • Después bajaron a Egipto, porque el hambre azotaba el país de Canaán, y permanecieron allí mientras tuvieron qué comer. En Egipto se multiplicaron de tal manera, que su descendencia se hizo innumerable. (Judit 5, 10)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina