Encontrados 23 resultados para: Condujo

  • entonces se alegraron de aquella calma, y el Señor los condujo al puerto deseado. (Salmos 107, 30)

  • A la mañana siguiente, el rey se levantó de madrugada y condujo apresuradamente al ejército por el camino de Betzacaría. Las tropas se dispusieron para el ataque y se tocaron las trompetas. (I Macabeos 6, 33)

  • Otorgó a los santos la recompensa de sus trabajos y los condujo por un camino admirable; fue para ellos una sombra protectora durante el día y un fulgor de estrellas durante la noche. (Sabiduría 10, 17)

  • Los hizo pasar a pie por el Mar Rojo y los condujo a través de las aguas caudalosas. (Sabiduría 10, 18)

  • ¿Dónde está el que los condujo por el fondo del Océano, como a un caballo por el desierto, sin que ellos tropezaran? (Isaías 63, 13)

  • Ellos no preguntaron: "¿Dónde está el Señor, que nos hizo subir del país de Egipto, el que nos condujo por el desierto, por una tierra de estepas y barrancos, por una tierra árida y tenebrosa, por una tierra que nadie atraviesa y donde no habita ningún hombre?". (Jeremías 2, 6)

  • Él me condujo y me hizo caminar por las tinieblas, y no por la luz. (Lamentaciones 3, 2)

  • Luego me condujo en dirección al sur, y yo vi que había una puerta que daba hacia el sur. Él midió las celdas, los pilares y el vestíbulo: estos tenían las mismas dimensiones que los anteriores. (Ezequiel 40, 24)

  • Él tomó al ciego de la mano y lo condujo a las afueras del pueblo. Después de ponerle saliva en los ojos e imponerle las manos, Jesús le preguntó: «¿Ves algo?». (Marcos 8, 23)

  • Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, (Lucas 4, 9)

  • Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. (Lucas 10, 34)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina