Encontrados 328 resultados para: Haré

  • el más humilde de los reinos, y Egipto ya no se levantará por encima de las naciones. Yo mismo lo haré pequeño, para que no pueda dominar a las naciones. (Ezequiel 29, 15)

  • Aquel día, yo acrecentaré la fuerza de la casa de Israel, y haré que tú puedas hablar libremente en medio de ellos. Así sabrán que yo soy el Señor. (Ezequiel 29, 21)

  • Así habla el Señor: Yo haré cesar el tumulto de Egipto por la mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia. (Ezequiel 30, 10)

  • Así habla el Señor: Haré desaparecer los ídolos y acabaré con los falsos dioses de Nof. No habrá más un príncipe en Egipto y haré cundir el terror en ese país. (Ezequiel 30, 13)

  • Por eso, así habla el Señor: Aquí estoy contra el Faraón, rey de Egipto: yo quebraré sus dos brazos -el sano y el roto- y haré caer la espada de su mano. (Ezequiel 30, 22)

  • Te estrellaré contra el suelo, te arrojaré en pleno campo, y haré que se posen sobre ti todos los pájaros del cielo y que se sacien contigo todas las bestias de la tierra. (Ezequiel 32, 4)

  • Por la espada de guerreros, los más feroces entre las naciones, yo haré caer a tu multitud. Ellos abatirán la soberbia de Egipto y toda su multitud será destruida. (Ezequiel 32, 12)

  • Haré perecer todo su ganado del borde de las aguas caudalosas: ya no las enturbiará el pie del hombre ni la pezuña de los animales. (Ezequiel 32, 13)

  • Entonces haré que sus aguas queden limpias, y que sus ríos corran como el aceite -oráculo del Señor-. (Ezequiel 32, 14)

  • Haré de este país un desierto desolado, y se acabará su arrogante poderío. Las montañas de Israel quedarán devastadas y nadie más pasará por ellas. (Ezequiel 33, 28)

  • Buscaré a la oveja perdida, haré volver a la descarriada, vendaré a la herida y curaré a la enferma, pero exterminaré a la que está gorda y robusta. Yo las apacentaré con justicia. (Ezequiel 34, 16)

  • Yo estableceré para ellos una alianza de paz y haré desaparecer del país a las bestias feroces. Ellos habitarán seguros en el desierto y dormirán en los bosques. (Ezequiel 34, 25)


“Padre, eu não acredito no inferno – falou um penitente. Padre Pio disse: Acreditará quando for para lá?” São Padre Pio de Pietrelcina