Encontrados 95 resultados para: Jeroboám

  • Jeroboám, hijo de Nebat, el efraimita, natural de Seredá -cuya madre, una viuda, se llamaba Seruá- estaba al servicio de Salomón y se sublevó contra él. (I Reyes 11, 26)

  • Jeroboám era un hombre de gran valía, y Salomón, al ver cómo el joven ejecutaba la obra, lo puso al frente de los servicios que debía prestar la casa de José. (I Reyes 11, 28)

  • En cierta ocasión, Jeroboám salió de Jerusalén y lo encontró en el camino el profeta Ajías, de Silo; este iba cubierto con un manto nuevo, y los dos estaban solos en el campo. (I Reyes 11, 29)

  • Luego dijo a Jeroboám: "Toma para ti diez pedazos, porque así habla el Señor, el Dios de Israel: Yo voy a desgarrar el reino que Salomón tiene en su mano, y te daré las diez tribus. (I Reyes 11, 31)

  • Salomón trató de dar muerte a Jeroboám, pero este huyó y se refugió en Egipto, junto a Sisac, rey de Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Salomón. (I Reyes 11, 40)

  • Cuando se enteró Jeroboám, hijo de Nebat -que estaba todavía en Egipto, adonde había huido del rey Salomón- se volvió de Egipto. (I Reyes 12, 2)

  • Al tercer día, Jeroboám y todo el pueblo comparecieron ante Roboám, según lo que había indicado el rey cuando dijo: "Vuelvan a verme al tercer día". (I Reyes 12, 12)

  • Así el rey no escuchó al pueblo, porque ese era el medio de que se valía el Señor para cumplir la palabra que él había dicho a Jeroboám, hijo de Nebat, por boca de Ajías de Silo. (I Reyes 12, 15)

  • Cuando todo Israel se enteró de que había vuelto Jeroboám, lo mandaron llamar a la asamblea y lo proclamaron rey de todo Israel. No hubo nadie que siguiera a la casa de David, fuera de la tribu de Judá. (I Reyes 12, 20)

  • Jeroboám, por su parte, fortificó Siquém, en la montaña de Efraím, y se estableció en ella. Luego salió de allí y fortificó Penuel. (I Reyes 12, 25)

  • Pero Jeroboám pensó: "Tal como se presentan las cosas, el reino podría volver a la casa de David. (I Reyes 12, 26)

  • Jeroboám erigió templetes en los lugares altos, e instituyó sacerdotes de entre el común de la gente, que no eran hijos de Leví. (I Reyes 12, 31)


“Temos muita facilidade para pedir, mas não para agradecer”. São Padre Pio de Pietrelcina