Encontrados 244 resultados para: José

  • ‘Díganle a José: Perdona el crimen y el pecado de tus hermanos, que te hicieron tanto mal. Por eso, perdona el crimen de los servidores del Dios de tu padre’". Al oír estas palabras, José se puso a llorar. (Génesis 50, 17)

  • Pero José les respondió: "No tengan miedo. ¿Acaso yo puedo hacer las veces de Dios? (Génesis 50, 19)

  • José permaneció en Egipto junto con la familia de su padre, y vivió ciento diez años. (Génesis 50, 22)

  • Así pudo ver a los hijos de Efraím hasta la tercera generación; y los hijos de Maquir, hijo de Manasés, también nacieron sobre las rodillas de José. (Génesis 50, 23)

  • Finalmente, José dijo a sus hermanos: "Yo estoy a punto de morir, pero Dios los visitará y los llevará de este país a la tierra que prometió con un juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob". (Génesis 50, 24)

  • José murió a la edad de ciento diez años. Fue embalsamado y colocado en un sarcófago, en Egipto. (Génesis 50, 26)

  • Los descendientes de Jacob eran, en total, setenta personas. José ya estaba en Egipto. (Exodo 1, 5)

  • Después murieron José y sus hermanos, y toda aquella generación. (Exodo 1, 6)

  • Mientras tanto, asumió el poder en Egipto un nuevo rey, que no había conocido a José. (Exodo 1, 8)

  • Moisés tomó consigo los restos de José, porque este había comprometido a los israelitas con un juramento solemne, diciéndoles: "El Señor vendrá a visitarlos, y entonces ustedes se llevarán mis huesos de aquí". (Exodo 13, 19)

  • por las tribus de los hijos de José: Elisamá, hijo de Amihud, de la tribu de Efraím, y Gamaliel, hijo de Padasur, de la tribu de Manasés; (Números 1, 10)

  • En cuanto a los hijos de José: En la lista de los descendientes de Efraím, por clanes y por familias -una vez anotados uno por uno los nombres de todos los varones que tenían más de veinte años, o sea, de los aptos para la guerra- (Números 1, 32)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina