Encontrados 511 resultados para: Libro de Reyes

  • Si no te empeñas en practicar todas las palabras de esta Ley, como están escritas en este Libro, temiendo el Nombre glorioso y terrible del Señor, tu Dios, (Deuteronomio 28, 58)

  • Además, el Señor te enviará todas las enfermedades y todas las desgracias que no están escritas en el libro de esta Ley, hasta que seas exterminado. (Deuteronomio 28, 61)

  • el Señor no lo perdonará. Al contrario, la ira y los celos del Señor se encenderán contra ese hombre, hasta que cada una de las sanciones enumeradas en este Libro caigan sobre él, y el Señor borre su nombre de la tierra. (Deuteronomio 29, 19)

  • El Señor lo apartará, para su desgracia, de todas las tribus de Israel, conforme a las sanciones de la alianza consignadas en el libro de esta Ley. (Deuteronomio 29, 20)

  • Por eso el Señor se irritó contra este país y atrajo sobre él todas las maldiciones consignadas en este Libro. (Deuteronomio 29, 26)

  • Todo esto te sucederá porque habrás escuchado la voz del Señor, tu Dios, y observado sus mandamientos y sus leyes, que están escritas en este libro de la Ley, después de haberte convertido al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma. (Deuteronomio 30, 10)

  • El Señor tratará a esas naciones como trató a Sijón y a Og -los reyes amorreos- y a sus países, cuando los destruyó por completo. (Deuteronomio 31, 4)

  • "Tomen este Libro y pónganlo junto al Arca de la Alianza del Señor, su Dios. Que esté presente allí como un testigo contra ti. (Deuteronomio 31, 26)

  • Que el libro de esta Ley nunca se aparte de ti: medítalo día y noche, para obrar fielmente en todo conforme a lo que está escrito en él. Así harás prosperar tus empresas y tendrás éxito. (Josué 1, 8)

  • Nosotros hemos oído cómo el Señor secó las aguas del Mar Rojo cuando ustedes salían de Egipto, y cómo ustedes trataron a Sijón y a Og, los dos reyes amorreos que estaban al otro lado del Jordán y que ustedes condenaron al exterminio. (Josué 2, 10)

  • Cuando todos los reyes de los amorreos que ocupaban la región situada al oeste del Jordán y todos los reyes de los cananeos que estaban junto al mar, oyeron que el Señor había secado las aguas del Jordán delante de los israelitas, hasta que ellos pasaron, su corazón desfalleció y nadie tuvo ánimo para oponerles resistencia. (Josué 5, 1)

  • como Moisés, el servidor del Señor, lo había ordenado a los israelitas y como está escrito en el libro de la Ley de Moisés. Era un altar de piedras intactas, que no habían sido tocadas por el hierro. Sobre él ofrecieron holocaustos al Señor e inmolaron sacrificios de comunión. (Josué 8, 31)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina