Encontrados 330 resultados para: Mujeres

  • Las dos mujeres de David -Ajinóam de Izreel y Abigail, la esposa de Nabal, el de Carmel- también habían sido capturadas. (I Samuel 30, 5)

  • David salvó todo lo que le habían arrebatado los amalecitas y, en especial, libró a sus dos mujeres. (I Samuel 30, 18)

  • ¡Cuánto dolor siento por ti, Jonatán, hermano mío muy querido! Tu amistad era para mí más maravillosa que el amor de las mujeres. (II Samuel 1, 26)

  • Entonces David subió con sus dos mujeres, Ajinóam, de Izreel, y Abigail, la mujer de Nabal, el de Carmel. (II Samuel 2, 2)

  • Después repartió a todo el pueblo, a toda la multitud de Israel, hombres y mujeres, una hogaza de pan, un pastel de dátiles y uno de pasas de uva por persona. Luego todo el pueblo se fue, cada uno a su casa. (II Samuel 6, 19)

  • te entregué la casa de tu señor y puse a sus mujeres en tus brazos; te di la casa de Israel y de Judá, y por si esto fuera poco, añadiría otro tanto y aún más. (II Samuel 12, 8)

  • Así habla el Señor: ‘Yo haré surgir de tu misma casa la desgracia contra ti. Arrebataré a tus mujeres ante tus propios ojos y se las daré a otro, que se acostará con ellas en pleno día. (II Samuel 12, 11)

  • Joab fue adentro a ver al rey y le dijo: "¡Hoy has cubierto de oprobio el rostro de tus servidores, esos que hoy han salvado tu vida y la vida de tus hijos y tus hijas, de tus mujeres y concubinas! (II Samuel 19, 6)

  • Una de las mujeres le dijo: "¡Por favor, señor mío! Yo y esta mujer vivimos en la misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa. (I Reyes 3, 17)

  • ¡Felices tus mujeres, felices también estos servidores tuyos, que están constantemente delante de ti, escuchando tu sabiduría! (I Reyes 10, 8)

  • El rey Salomón amó a muchas mujeres, además de la hija del Faraón: mujeres moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas, (I Reyes 11, 1)

  • Tuvo setecientas mujeres con rango de princesas y trescientas concubinas, y sus mujeres le pervirtieron el corazón. (I Reyes 11, 3)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre todo o bem que ela ainda pode fazer”. São Padre Pio de Pietrelcina