Encontrados 1058 resultados para: Oración de David
El ciego se puso a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!». (Lucas 18, 38)
Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». (Lucas 18, 39)
diciéndoles: «Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones». (Lucas 19, 46)
Jesús les dijo entonces: «¿Cómo se puede decir que el Mesías es hijo de David, (Lucas 20, 41)
si el mismo David ha dicho en el Libro de los Salmos: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, (Lucas 20, 42)
Si David lo llama "Señor", ¿cómo puede ser hijo suyo?». (Lucas 20, 44)
¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David y de Belén, el pueblo de donde era David?». (Juan 7, 42)
Todos ellos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos. (Hechos 1, 14)
«Hermanos, era necesario que se cumpliera la Escritura en la que el Espíritu Santo, por boca de David, habla de Judas, que fue el jefe de los que apresaron a Jesús. (Hechos 1, 16)
En efecto, refiriéndose a él, dijo David: Veía sin cesar al Señor delante de mí, porque él está a mi derecha para que yo no vacile. (Hechos 2, 25)
Hermanos, permítanme decirles con toda franqueza que el patriarca David murió y fue sepultado, y su tumba se conserva entre nosotros hasta el día de hoy. (Hechos 2, 29)
Porque no es David el que subió a los cielos; al contrario, él mismo afirma: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, (Hechos 2, 34)