Encontrados 51 resultados para: Orilla

  • Cincuenta hombres de la comunidad de profetas fueron y se pararon enfrente, a una cierta distancia, mientras los dos estaban de pie a la orilla del Jordán. (II Reyes 2, 7)

  • Cuando Judas llegó al borde del torrente, ubicó a los escribas del pueblo a la orilla y les dio esta orden: "No dejen que ningún hombre quede en el campamento, sino que todos vayan al combate". (I Macabeos 5, 42)

  • También fortificó a Jope, en la orilla del mar, y a Gázara en la frontera de Azoto, donde antes habitaban los enemigos, y estableció en ella una población judía, proveyéndola de todo lo necesario para su mantenimiento. (I Macabeos 14, 34)

  • El hombre me dijo: "¿Has visto, hijo de hombre?", y me hizo volver a la orilla del torrente. (Ezequiel 47, 6)

  • Al volver, vi que a la orilla del torrente, de uno y otro lado, había una inmensa arboleda. (Ezequiel 47, 7)

  • Los pescadores se apostarán a su orilla: desde Engadí hasta En Eglaim habrá lugares para tender las redes. Allí habrá tantas clases de peces como en el Mar Grande, y serán muy numerosos. (Ezequiel 47, 10)

  • a quienes prometiste una descendencia numerosa como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar. (Daniel 3, 36)

  • Yo, Daniel, miré y vi que otros dos hombres estaban de pie, uno en una orilla del río y otro en la orilla opuesta. (Daniel 12, 5)

  • Al verse rodeado de tanta gente, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la otra orilla. (Mateo 8, 18)

  • Cuando Jesús llegó a la otra orilla, a la región de los gadarenos, fueron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros. Eran tan feroces, que nadie podía pasar por ese camino. (Mateo 8, 28)

  • Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. (Mateo 13, 48)

  • En seguida, obligó a los discípulos que subieran a la barca y pasaran antes que él a la otra orilla, mientras él despedía a la multitud. (Mateo 14, 22)


“Há duas razões principais para se orar com muita satisfação: primeiro para render a Deus a honra e a glória que Lhe são devidas. Segundo, para falar com São Padre Pio de Pietrelcina