Encontrados 25 resultados para: Sacar

  • Haces brotar la hierba para el ganado y las plantas que el hombre cultiva, para sacar de la tierra el pan (Salmos 104, 14)

  • o como se quiebra una vasija de alfarero hecha añicos sin piedad, sin que se encuentre entre sus pedazos ni un trozo para sacar fuego del brasero o para extraer agua del aljibe. (Isaías 30, 14)

  • mandaron sacar a Jeremías del patio de la guardia, y se lo encomendaron a Godolías, hijo de Ajicám, hijo de Safán, para que lo dejara ir a su casa. Así Jeremías permaneció en medio del pueblo. (Jeremías 39, 14)

  • Sólo quedarán unos pocos fugitivos para sacar los huesos de la casa; y si se pregunta al que está en el fondo de la casa: "¿Hay alguien todavía contigo?", él responderá: "Nadie", y añadirá: "¡Silencio! ¡No hay que pronunciar ahora el nombre del Señor !". (Amós 6, 10)

  • ¿qué les pasaba a ustedes? Alguien iba a pesar un montón de grano estimado en veinte medidas, y no había más que diez; iba al lagar para sacar cincuenta medidas, y no había más que veinte. (Ageo 2, 16)

  • Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano. (Mateo 7, 5)

  • Él les dijo: «¿Quién de ustedes, si tiene una sola oveja y esta cae a un pozo en sábado, no la va a sacar? (Mateo 12, 11)

  • ¿Cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo", tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano. (Lucas 6, 42)

  • Una mujer de Samaría fue a sacar agua, y Jesús le dijo: «Dame de beber». (Juan 4, 7)

  • «Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? (Juan 4, 11)

  • Jesús les dijo: «Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar». (Juan 21, 10)

  • Todos gritaban al mismo tiempo, y a causa de la confusión, no pudo sacar nada en limpio. Por eso hizo conducir a Pablo a la fortaleza. (Hechos 21, 34)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina