Encontrados 479 resultados para: Segundo Libro de Samuel

  • El Cordero vino y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono. (Apocalipsis 5, 7)

  • Cuando tomó el libro, los cuatro Seres Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron ante el Cordero. Cada uno tenía un arpa, y copas de oro llenas de perfume, que son las oraciones de los Santos, (Apocalipsis 5, 8)

  • y cantaban un canto nuevo, diciendo: «Tú eres digno de tomar el libro y de romper los sellos, porque has sido inmolado, y por medio de tu Sangre, has rescatado para Dios a hombres de todas las familias, lenguas, pueblos y naciones. (Apocalipsis 5, 9)

  • Cuando el Cordero abrió el segundo sello, oí al segundo de los Seres Vivientes que decía: «Ven». (Apocalipsis 6, 3)

  • Cuando el segundo Ángel tocó la trompeta, se precipitó sobre el mar una masa incandescente, grande como una montaña: la tercera parte del mar se convirtió en sangre; (Apocalipsis 8, 8)

  • y en su mano tenía abierto un libro pequeño. Puso su pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra, (Apocalipsis 10, 2)

  • Y la voz que había oído desde el cielo me habló nuevamente, diciéndome: «Ve a tomar el pequeño libro que tiene abierto en la mano el Ángel que está de pie sobre el mar y sobre la tierra». (Apocalipsis 10, 8)

  • Yo corrí hacia el Ángel y le rogué que me diera el pequeño libro, y él me respondió: «Toma y cómelo; será amargo para tu estómago, pero en tu boca será dulce como la miel». (Apocalipsis 10, 9)

  • Yo tomé el pequeño libro de la mano del Ángel ylo comí: en mi boca era dulce como la miel, pero cuando terminé de comerlo, se volvió amargo en mi estómago. (Apocalipsis 10, 10)

  • Entonces se libró una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron contra el Dragón, y este contraatacó con sus ángeles, (Apocalipsis 12, 7)

  • Y la adoraron todos los habitantes de la tierra cuyos nombres no figuran, desde la creación del mundo, en el Libro de la Vida del Cordero que ha sido inmolado. (Apocalipsis 13, 8)

  • Un segundo Ángel lo siguió, anunciando: «Ha caído, ha caído la gran Babilonia, la que ha dado de beber a todas las naciones el vino embriagante de su prostitución». (Apocalipsis 14, 8)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina