Encontrados 98 resultados para: Setenta

  • Jehú les escribió una segunda carta, en la que decía: "Si están de parte mía y aceptan obedecerme, tomen las cabezas de todos los hijos de su señor y vengan a verme mañana a esta misma hora, a Izreel". Ahora bien, los setenta hijos del rey estaban repartidos entre las personas importantes de la ciudad, que los criaban. (II Reyes 10, 6)

  • Cuando recibieron esta carta, tomaron a los hijos del rey, degollaron a los setenta, pusieron sus cabezas en unas canastas y se las enviaron a Izreel. (II Reyes 10, 7)

  • Entonces el Señor envió la peste a Israel, y cayeron setenta mil hombres de Israel. (I Crónicas 21, 14)

  • Entonces reclutó setenta mil hombres para transportar cargas y ochenta mil para extraer las piedras de las montañas, y puso tres mil seiscientos capataces al frente de ellos. (II Crónicas 2, 1)

  • Destinó a setenta mil de ellos para transportar las cargas, a ochenta mil para extraer las piedras de las montañas, y puso al frente de ellos a tres mil seiscientos capataces para hacer trabajar al pueblo. (II Crónicas 2, 17)

  • El número de holocaustos que ofreció la asamblea fue de setenta terneros, cien carneros y doscientos corderos. Todo esto se ofreció como holocausto al Señor. (II Crónicas 29, 32)

  • Así se cumplió la palabra del Señor, pronunciada por Jeremías: "La tierra descansó durante todo el tiempo de la desolación, hasta pagar la deuda de todos sus sábados, hasta que se cumplieron setenta años". (II Crónicas 36, 21)

  • los deportados que habían vuelto del exilio ofrecieron como holocausto al Dios de Israel doce novillos por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos y doce chivos por el pecado: todo, en holocausto al Señor. (Esdras 8, 35)

  • Y aquel mismo día, todos sus guerreros levantaron el campamento. Su ejército se componía de ciento setenta mil soldados de infantería, y de doce mil jinetes, sin contar los encargados del equipaje y los hombres de a pie que los acompañaban: era un inmensa multitud. (Judit 7, 2)

  • En cuanto a los demás judíos de las provincias reales, también se reunieron para defender sus vidas y así se libraron de los ataques de sus adversarios: ellos mataron a setenta y cinco mil entre sus enemigos, pero no recogieron ningún botín. (Ester 9, 16)

  • Nuestra vida dura apenas setenta años, y ochenta, si tenemos más vigor: en su mayor parte son fatiga y miseria, porque pasan pronto, y nosotros nos vamos. (Salmos 90, 10)

  • El año ciento setenta Israel fue liberado del yugo de las naciones. (I Macabeos 13, 41)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina