Encontrados 51 resultados para: Tumba

  • Entonces David dio una orden a los jóvenes, y ellos los mataron. Luego les cortaron las manos y los pies, y los colgaron junto a la cisterna de Hebrón. En cuanto a la cabeza de Isbaal, la recogieron y la enterraron en la tumba de Abner, en Hebrón. (II Samuel 4, 12)

  • Te ruego que me dejes volver, y así moriré en mi ciudad junto a la tumba de mi padre y de mi madre. Ahí tienes a tu servidor Quimhám: que él siga adelante con mi señor, el rey, y trátalo como mejor te parezca". (II Samuel 19, 38)

  • Todos fueron sepultados en el país de Benjamín, en la tumba de Quis, el padre de Saúl. Y una vez que hicieron todo lo que el rey había ordenado, Dios se mostró propicio con el país. (II Samuel 21, 14)

  • porque has regresado y has comido pan y bebido agua en el lugar del que te había dicho: ‘No comas pan ni bebas agua allí’, por eso, tu cadáver no entrará en la tumba de tus padres". (I Reyes 13, 22)

  • Puso el cadáver en su propia tumba, y le entonaron la lamentación: "¡Ay, hermano mío!". (I Reyes 13, 30)

  • Después que lo enterraron, el profeta habló así a sus hijos: "Cuando yo muera, me enterrarán en la tumba donde ha sido sepultado el hombre de Dios; depositen mis huesos junto a los suyos, (I Reyes 13, 31)

  • Todo Israel se lamentará por él, y le darán sepultura: él es el único en la familia de Jeroboám que entrará en una tumba, porque sólo en él se ha encontrado algo bueno para el Señor, el Dios de Israel, en la casa de Jeroboám. (I Reyes 14, 13)

  • Sus servidores lo trasladaron en un carro a Jerusalén, y lo sepultaron en su tumba, con sus padres, en la Ciudad de David. (II Reyes 9, 28)

  • Una vez, unos que estaban enterrando a un hombre, al divisar a una de esas bandas, arrojaron al muerto en la tumba de Eliseo y se fueron. Y apenas el muerto tocó los huesos de Eliseo, revivió y se puso de pie. (II Reyes 13, 21)

  • Lo sepultaron en su tumba, en el Jardín de Uzá. Su hijo Josías reinó en lugar de él. (II Reyes 21, 26)

  • Al darse vuelta, Josías divisó las tumbas que había allí, sobre la montaña; mandó recoger los huesos de esas tumbas y los quemó sobre el altar: así lo profanó, conforme a la palabra del Señor que había proclamado el hombre de Dios, mientras Jeroboám estaba de pie junto al altar, durante la fiesta. Al darse vuelta, Josías levantó los ojos y vio la tumba del hombre de Dios que había proclamado estas cosas, (II Reyes 23, 16)

  • y preguntó: "¿Qué mausoleo es ese que veo?". La gente de la ciudad le respondió: "Es la tumba del hombre de Dios que vino de Judá y proclamó las cosas que tú acabas de hacer contra el altar de Betel". (II Reyes 23, 17)


“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina