Encontrados 55 resultados para: Veinticinco

  • Aquel día cayeron en total veinticinco mil benjaminitas, todos ellos guerreros armados de espada. (Jueces 20, 46)

  • Construyó la sala llamada Bosque del Líbano, que medía cincuenta metros de largo, veinticinco de ancho y quince de alto. Estaba asentada sobre cuatro hileras de columnas de cedro, con tirantes de cedro sobre las columnas. (I Reyes 7, 2)

  • Él hizo también el Pórtico de las columnas, de veinticinco metros de largo por quince de ancho, y delante de él un vestíbulo con columnas y un alero sobre la fachada. (I Reyes 7, 6)

  • Arriba del soporte había una pieza circular, de veinticinco centímetros de alto, formando un solo cuerpo con las manijas y paneles del soporte. (I Reyes 7, 35)

  • Tenía treinta y cinco años cuando inició su reinado, y reinó veinticinco años en Jerusalén. Su madre se llamaba Azubá, hija de Siljí. (I Reyes 22, 42)

  • Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Jerusalén. Su madre se llamaba Iehoadán, y era de Jerusalén. (II Reyes 14, 2)

  • Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén. Su madre se llamaba Ierusá, hija de Sadoc. (II Reyes 15, 33)

  • Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Jerusalén. Su madre se llamaba Abí, hija de Zacarías. (II Reyes 18, 2)

  • Joaquím tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llamaba Zebidá, hija de Pedaías, y era de Rumá. (II Reyes 23, 36)

  • Josafat reinó sobre Judá. Tenía treinta y cinco años cuando inició su reinado, y reinó veinticinco años en Jerusalén. Su madre se llamaba Azubá, hija de Siljí. (II Crónicas 20, 31)

  • Amasías tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Jerusalén. Su madre se llamaba Iehoadán, y era de Jerusalén. (II Crónicas 25, 1)

  • Jotám tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén. Su madre se llamaba Ierusá y era hija de Sadoc. (II Crónicas 27, 1)


“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina