Encontrados 15 resultados para: adorno

  • Harás, asimismo, un candelabro de oro puro. Tanto la base y el tronco del candelabro como los cálices, los botones y las flores que le servirán de adorno, serán forjados a martillo y formarán una sola pieza. (Exodo 25, 31)

  • Le puso un borde de un palmo de ancho, y lo adornó con una moldura de oro. (Exodo 37, 12)

  • Hizo, asimismo, el candelabro de oro puro. Tanto la base y el tronco del candelabro como los cálices, los botones y las flores que le servían de adorno estaban forjados a martillo y formaban una sola pieza. (Exodo 37, 17)

  • Las adornó, rodeándolas de grande columnas y sobre estas colocó escudos con armas, en recuerdo eterno. Junto a las armas, hizo esculpir unas naves, para que las vieran los que navegan por el mar. (I Macabeos 13, 29)

  • Su yugo será un adorno de oro y sus cadenas, un tejido de jacinto. (Eclesiástico 6, 30)

  • La instrucción es para el prudente como un adorno de oro y como un brazalete en el brazo derecho. (Eclesiástico 21, 21)

  • Con tres cosas me adorno y me presento embellecidadelante del Señor y de los hombres: la concordia entre hermanos, la amistad entre vecinos y una mujer y un marido que se llevan bien. (Eclesiástico 25, 1)

  • ¡Qué bello adorno para las canas es saber juzgar y para los ancianos, ser hombres de consejo! (Eclesiástico 25, 4)

  • La gloria de los astros es la hermosura del cielo, un adorno luminoso en las alturas del Señor: (Eclesiástico 43, 9)

  • Aquel día, el Señor suprimirá todo adorno: hebillas, soles y lunetas, (Isaías 3, 18)

  • ¡Ay de la soberbia corona de los ebrios de Efraím, y de la flor marchita que lucen como adorno, sobre lo alto del valle fértil! ¡Ay de ustedes, los volteados por el vino! (Isaías 28, 1)

  • Y la flor marchita que lucen como adorno, sobre lo alto del valle fértil, será como una breva antes del verano: el primero que la ve, apenas la tiene en la mano, se la traga. (Isaías 28, 4)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina