Encontrados 30 resultados para: bendecido

  • Abraham ya era un anciano de edad avanzada, y el Señor lo había bendecido en todo. (Génesis 24, 1)

  • Isaac sembró en aquella región, y ese año cosechó el ciento por uno, porque el Señor lo había bendecido. (Génesis 26, 12)

  • tú no nos harás ningún daño, porque nosotros no te hemos causado ninguna molestia, sino que siempre fuimos amables contigo y te dejamos partir en paz. Tú eres ahora bendecido por el Señor". (Génesis 26, 29)

  • Cuando él se acercó para besarlo, Isaac percibió la fragancia de su ropa. Entonces lo bendijo diciendo: "Sí, la fragancia de mi hijo es como el aroma de un campo que el Señor ha bendecido. (Génesis 27, 27)

  • Isaac quedó profundamente turbado y exclamó: "¿Quién ha sido entonces el que cazó una presa y me la trajo? Yo la comí antes que tú llegaras, lo bendije, y quedará bendecido". (Génesis 27, 33)

  • Esaú vio que Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padán Arám para que se buscara allí una esposa. Vio, asimismo, que al bendecirlo le había dado esta orden: "No te cases con una mujer cananea", (Génesis 28, 6)

  • Ven, por favor, y maldíceme a este pueblo, porque es más fuerte que yo. Tal vez así podré derrotarlo y expulsarlo del país. Porque yo sé que el que tú bendices, queda bendecido, y el que maldices, queda maldecido". (Números 22, 6)

  • Dios dijo a Balaam: "No vayas con ellos ni maldigas a ese pueblo, porque está bendecido". (Números 22, 12)

  • Balac dijo a Balaam: "¿Qué me has hecho? Yo te traje para que maldijeras a mis enemigos, y tú los has bendecido". (Números 23, 11)

  • Yo recibí la misión de bendecir: él ha bendecido y no lo puedo contradecir. (Números 23, 20)

  • Entonces Balac, enfurecido contra Balaam, golpeó las manos y le dijo: "Yo te llamé para que maldijeras a mis enemigos, y tú ya los has bendecido tres veces. (Números 24, 10)

  • Porque el Señor, tu Dios, te ha bendecido en todas tus empresas, y te ha protegido mientras caminabas por este gran desierto. Ya hace cuarenta años que el Señor, tu Dios, está contigo y nunca te faltó nada". (Deuteronomio 2, 7)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina