Encontrados 88 resultados para: caldeos
Entonces Dios hizo subir contra ellos al rey de los caldeos, y este hizo morir por la espada a sus jóvenes en el interior de su Santuario, sin perdonar a nadie, ni joven ni virgen, ni anciano ni hombre encanecido: los entregó a todos en sus manos. (II Crónicas 36, 17)
Tú, Señor, eres el Dios que elegiste a Abrám, lo hiciste salir de Ur de los caldeos y le pusiste por nombre Abraham. (Nehemías 9, 7)
La gente de este pueblo desciende de los caldeos. (Judit 5, 6)
Primero emigraron a Mesopotamia, porque no quisieron seguir a los dioses de sus padres, establecidos en la tierra de los caldeos. (Judit 5, 7)
Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: "Los caldeos, divididos en tres grupos, se lanzaron sobre los camellos y se los llevaron, pasando a los servidores al filo de la espada. Yo solo pude escapar para traerte la noticia". (Job 1, 17)
Babilonia, hermosura de los reinos, gloria y orgullo de los caldeos, soportará la misma catástrofe que Dios envió a Sodoma y Gomorra. (Isaías 13, 19)
Mira el país de los caldeos, ese pueblo que ya no existe; Asiria lo destinó a las fieras del desierto: levantaron sus torres de asalto, demolieron sus palacios, lo redujeron a escombros. (Isaías 23, 13)
Así habla el Señor, el redentor de ustedes, el Santo de Israel: A causa de ustedes, yo envié gente a Babilonia, para hacer saltar todos los cerrojos, y el júbilo de los caldeos se convertirá en lamentos. (Isaías 43, 14)
¡Baja y siéntate en el polvo, virgen, hija de Babilonia! ¡Siéntate en el suelo, sin trono, hija de los caldeos! Porque ya no volverán a llamarte "Delicada" y "Refinada". (Isaías 47, 1)
¡Siéntate en silencio y entra en las tinieblas, hija de los caldeos! Porque ya no volverán a llamarte "Soberana de los reinos". (Isaías 47, 5)
Reúnanse todos y escuchen: ¿Quién entre ustedes anunció estas cosas? Aquel a quien ama el Señor cumplirá su voluntad sobre Babilonia y sobre la raza de los caldeos. (Isaías 48, 14)
¡Salgan de Babilonia, huyan de los caldeos! ¡Con gritos de alegría anuncien, hagan oír estas cosas! ¡Divúlguenlas hasta los extremos de la tierra! Digan: "El Señor ha redimido a su servidor Jacob". (Isaías 48, 20)