Encontrados 324 resultados para: campo de batalla

  • Pero si no rescata su campo y este es vendido a otro, ya no será rescatable: (Levítico 27, 20)

  • Si alguien consagra al Señor un campo que compró, pero que no es terreno de su propiedad, (Levítico 27, 22)

  • En el año jubilar el campo volverá al que lo vendió, o sea, al verdadero propietario de la tierra. (Levítico 27, 24)

  • Ninguno de los bienes que pertenecen a una persona -ya sea un hombre, un animal o un campo de su propiedad- podrá ser vendido o rescatado si ha sido consagrado al Señor por el exterminio total: todas esas cosas están exclusivamente consagradas al Señor. (Levítico 27, 28)

  • Y cualquiera que toque, en campo abierto, a una persona que fue asesinada o murió naturalmente, o huesos humanos, o una tumba, será impuro durante siete días. (Números 19, 16)

  • y de Bamot al valle que está en el campo de Moab, hacia la cima del Pisgá, dominando el desierto. (Números 21, 20)

  • Sijón no permitió que Israel pasara por su territorio, sino que reunió todas sus fuerzas y fue a combatir contra Israel en el desierto. Cuando llegó a Iahás, presentó batalla a Israel, (Números 21, 23)

  • Cuando reanudaron la marcha y avanzaron en dirección a Basán, Og, rey de Basán, les salió al encuentro con todas sus tropas, para presentarles batalla en Edrei. (Números 21, 33)

  • los moabitas dijeron a los ancianos de Madián: "Ahora esta turba va a devorarlo todo a nuestro alrededor como un buey devora la hierba del campo". Entonces Balac, hijo de Sipor, que era rey de Moab en aquel tiempo, (Números 22, 4)

  • Cuando el asna vio al Ángel del Señor parado en el camino, con la espada desenvainada en su mano, se apartó y se fue por el campo. Pero Balaam la castigó para hacerla volver al camino. (Números 22, 23)

  • En seguida lo llevó al campo de Sufím, en la cima del Pisgá. Allí construyó siete altares, y ofreció un novillo y un carnero en cada altar. (Números 23, 14)

  • Entonces el sacerdote Eleazar dijo a las tropas que habían participado de la batalla: "Esta es una prescripción de la ley que el Señor dictó a Moisés: ‘Todo lo que resiste al fuego, (Números 31, 21)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina