Encontrados 126 resultados para: cincuenta

  • Menajém recaudó esa plata entre toda la gente rica de Israel, a razón de cincuenta siclos de plata por persona, para entregarla al rey de Asiria. Así el rey de Asiria se retiró, y no se quedó allí, en el país. (II Reyes 15, 20)

  • Su escudero Pécaj, hijo de Remalías, conspiró contra él y lo mató en Samaría, en la torre de la casa del rey. Con la ayuda de cincuenta galaaditas, dio muerte al rey, lo mismo que a Argob y Arié, y reinó en lugar de él. (II Reyes 15, 25)

  • Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén. Su madre se llamaba Jefsibá. (II Reyes 21, 1)

  • Así lograron capturar sus ganados -cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas, dos mil asnos- además de cien mil personas. (I Crónicas 5, 21)

  • Cada carro importado de Musrí costaba seiscientos siclos de plata; cada caballo ciento cincuenta. En las mismas condiciones, por medio de esos agentes, se exportaban para todos los reyes hititas y para los reyes de Arám. (II Crónicas 1, 17)

  • Salomón hizo el censo de todos los extranjeros residentes en Israel, semejante al que había hecho su padre David, y se comprobó que estos eran ciento cincuenta y tres mil seiscientos. (II Crónicas 2, 16)

  • El peso de los clavos era de cincuenta siclos de oro, y recubrió de oro el artesonado. (II Crónicas 3, 9)

  • Los supervisores de los capataces puestos por Salomón eran doscientos cincuenta hombres, que dirigían al personal. (II Crónicas 8, 10)

  • Ozías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y dos años en Jerusalén. Su madre se llamaba Jecolías, y era de Jerusalén. (II Crónicas 26, 3)

  • Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén. (II Crónicas 33, 1)

  • Pesé y puse en sus manos seiscientos cincuenta talentos de plata, utensilios de plata por valor de cien talentos, cien talentos de oro, (Esdras 8, 26)

  • A mi mesa se sentaban los notables y los magistrados -ciento cincuenta personas- sin contar los que acudían a nosotros de las naciones vecinas. (Nehemías 5, 17)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina