Encontrados 34 resultados para: comparecer

  • ¡No, él no es un hombre como yo, para responderle y comparecer juntos en un juicio! (Job 9, 32)

  • Y esto mismo será un triunfo para mí, porque ningún impío puede comparecer ante él. (Job 13, 16)

  • Trajeron las vestiduras sacerdotales, las primicias y los diezmos, hicieron comparecer a los nazireos que habían cumplido el tiempo de su voto, (I Macabeos 3, 49)

  • Cuando se disponía a entrar en el palacio de sus padres, el ejército apresó a Antíoco y a Lisias para hacerlos comparecer ante él. (I Macabeos 7, 2)

  • Entonces ordené que hicieran comparecer en mi presencia a todos los sabios de Babilonia, para que me dieran a conocer la interpretación del sueño. (Daniel 4, 3)

  • Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre». (Lucas 21, 36)

  • Hicieron comparecer a los Apóstoles y los interrogaron: «¿Con qué poder o en nombre de quién ustedes hicieron eso?». (Hechos 4, 7)

  • Los hicieron comparecer ante el Sanedrín, y el Sumo Sacerdote les dijo: (Hechos 5, 27)

  • Después de arrestarlo, lo hizo encarcelar, poniéndolo bajo la custodia de cuatro relevos de guardia, de cuatro soldados cada uno. Su intención era hacerlo comparecer ante el pueblo después de la Pascua. (Hechos 12, 4)

  • La noche anterior al día en que Herodes pensaba hacerlo comparecer, Pedro dormía entre dos soldados, atado con dos cadenas, y los otros centinelas vigilaban la puerta de la prisión. (Hechos 12, 6)

  • Al día siguiente, queriendo saber con exactitud de qué lo acusaban los judíos, el tribuno le hizo sacar las cadenas, y convocando a los sumos sacerdotes y a todo el Sanedrín, hizo comparecer a Pablo delante de ellos. (Hechos 22, 30)

  • Pónganse de acuerdo con el Sanedrín, y propongan al tribuno que lo haga comparecer delante de ustedes con el pretexto de examinar más exactamente su causa; nosotros, por nuestra parte, estaremos preparados para matarlo en el camino». (Hechos 23, 15)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina