Encontrados 190 resultados para: consejo sabio

  • El oro y la plata hacen marchar con paso firme, pero más todavía se aprecia un consejo. (Eclesiástico 40, 25)

  • ¡Qué sabio eras en tu juventud, desbordabas de inteligencia como un río! (Eclesiástico 47, 14)

  • ¡Feliz el que vuelve continuamente sobre estas palabras! El que las ponga en su corazón, será sabio. (Eclesiástico 50, 28)

  • Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor (Isaías 11, 2)

  • ¡Qué necios son los príncipes de Soán! ¡Los más sabios consejeros del Faraón forman un consejo de estúpidos! ¿Como pueden ustedes decir al Faraón: "Yo soy hijo de sabios, hijo de antiguos reyes"? (Isaías 19, 11)

  • También esto procede del Señor de los ejércitos, admirable por su consejo y grande por su destreza. (Isaías 28, 29)

  • Sin embargo, él también es sabio: hace venir la desgracia y no revoca su palabra, se levanta contra la casa de los malvados y contra la ayuda de los malhechores. (Isaías 31, 2)

  • ¿Quién es el hombre bastante sabio para comprender todo esto? ¿A quien le habló la boca del Señor para que lo anuncie? ¿Por qué ha perecido el país, ha sido abrasado como el desierto por donde nadie transita? (Jeremías 9, 11)

  • Así habla el Señor: Que el sabio no se gloríe de su sabiduría, que el fuerte no se gloríe de su fuerza ni el rico se gloríe de su riqueza. (Jeremías 9, 22)

  • Ellos dijeron: "¡Vengan, tramemos un plan contra Jeremías, porque no le faltará la instrucción al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta! Vengan, inventemos algún cargo contra él, y no prestemos atención a sus palabras". (Jeremías 18, 18)

  • Pero ¿quién de ellos asistió al consejo del Señor para ver y escuchar su palabra? ¿Quién prestó atención y oyó su palabra? (Jeremías 23, 18)

  • Si hubieran asistido a mi consejo, habrían proclamado mis palabras a mi pueblo, lo habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus acciones. (Jeremías 23, 22)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina