Encontrados 627 resultados para: corazón
¿Podrá resistir tu corazón y estarán firmes tus manos, los días en que yo me enfrente contigo? Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré. (Ezequiel 22, 14)
Los babilonios fueron a compartir el lecho de sus amores y la contaminaron con sus prostituciones, y una vez que se contaminó, su corazón se hastió de ellos. (Ezequiel 23, 17)
Ella había puesto de manifiesto sus prostituciones y había descubierto su desnudez. Entonces mi corazón se hastió de ella, como me había hastiado de su hermana. (Ezequiel 23, 18)
Tu territorio está en el corazón del mar. Tus constructores te hicieron de una hermosura perfecta. (Ezequiel 27, 4)
Las naves de Tarsis transportaban tus mercaderías. Te llenaste de una carga muy pesada en el corazón de los mares. (Ezequiel 27, 25)
Tus remeros te llevaron por las aguas profundas. Pero el viento del este te destrozó en el corazón de los mares. (Ezequiel 27, 26)
Tus riquezas, tus mercancías, tus cargamentos, tus marineros y tus timoneles, los que reparan tus averías y tus agentes de comercio, todos tus hombres de guerra y toda la tripulación que llevas contigo se hundirán en el corazón de los mares el día de tu naufragio. (Ezequiel 27, 27)
Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así habla el Señor: Tu corazón se llenó de arrogancia y dijiste: "Yo soy un dios; estoy sentado en un trono divino, en el corazón de los mares". ¡Tú, que eres un hombre y no un dios, te has considerado igual a un dios! (Ezequiel 28, 2)
Por tu gran habilidad para el comercio fuiste acrecentando tu fortuna, y tu corazón se llenó de arrogancia a causa de tantas riquezas. (Ezequiel 28, 5)
Te precipitarán en la Fosa y morirás de muerte violenta en el corazón de los mares. (Ezequiel 28, 8)
Tu corazón se llenó de arrogancia a causa de tu hermosura; corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor. Pero yo te arrojé por tierra y te expuse como espectáculo delante de los reyes. (Ezequiel 28, 17)
Yo afligiré el corazón de muchos pueblos, cuando yo lleve a tus cautivos entre las naciones, a países que tú no conocías. (Ezequiel 32, 9)