Encontrados 182 resultados para: corte de piedra

  • o si dejó caer sobre él, inadvertidamente, una piedra capaz de matarlo y de esa manera le causó la muerte, sin tener odio contra él y sin desearle ningún mal, (Números 35, 23)

  • Así les reveló su alianza y les mandó que la cumplieran: las diez Palabras que él mismo escribió en dos tablas de piedra. (Deuteronomio 4, 13)

  • Allí ustedes servirán a dioses hechos por la mano del hombre, dioses de madera y de piedra, que no ven ni oyen, no comen ni sienten. (Deuteronomio 4, 28)

  • Estas son las palabras que el Señor les dirigió en la montaña, cuando todos ustedes estaban reunidos. Él les habló con voz potente, desde el fuego, la nube y una densa oscuridad. No añadió nada más, sino que escribió esas palabras en las dos tablas de piedra que me entregó. (Deuteronomio 5, 22)

  • Eso sucedió cuando yo subí a la montaña para recibir las tablas de piedra, las tablas de la alianza que el Señor hizo con ustedes. Yo estuve arriba, en la montaña, cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber. (Deuteronomio 9, 9)

  • Entonces el Señor me entregó las dos tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios, donde estaban todas las palabras que él les dirigió en la montaña, desde el fuego, el día de la asamblea. (Deuteronomio 9, 10)

  • Al cabo de esos cuarenta días, cuando el Señor me entregó las dos tablas de piedra, las tablas de la alianza, (Deuteronomio 9, 11)

  • Por eso tomé las dos tablas de piedra, las arrojé violentamente, y las hice añicos en presencia de todos. (Deuteronomio 9, 17)

  • En aquel tiempo, el Señor me dijo: "Talla dos tablas de piedra iguales a las primeras y sube a la montaña para encontrarte conmigo. Construye también un arca de madera. (Deuteronomio 10, 1)

  • Hice un arca de madera de acacia, tallé dos tablas de piedra iguales a las primeras y subí a la montaña con las dos tablas en la mano. (Deuteronomio 10, 3)

  • Nadie tomará en prenda un molino de mano y ni siquiera la piedra movible del molino, porque ello sería tomar en prenda la vida de una persona. (Deuteronomio 24, 6)

  • Allí erigirás también un altar de piedra en honor del Señor, tu Dios. No usarás ningún instrumento de hierro para trabajar las piedras, (Deuteronomio 27, 5)


“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina