Encontrados 1624 resultados para: creación del hombre

  • En lo que a ti concierne, hombre de Dios, huye de todo esto. Practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia, la bondad. (I Timoteo 6, 11)

  • el único que posee la inmortalidad y habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver. ¡A él sea el honor y el poder para siempre! Amén. (I Timoteo 6, 16)

  • a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien. (II Timoteo 3, 17)

  • Acerca de esto, hay un testimonio que dice: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que te ocupes de él? (Hebreos 2, 6)

  • Nosotros, en cambio, los que hemos creído, vamos hacia aquel Reposo del cual se dijo: Entonces juré en mi indignación: Jamás entrarán en mi Reposo. En realidad, las obras de Dios estaban concluidas desde la creación del mundo, (Hebreos 4, 3)

  • ya que en cierto pasaje se dice acerca del séptimo día de la creación: Y Dios descansó de todas sus obras en el séptimo día; (Hebreos 4, 4)

  • Él es el ministro del Santuario y de la verdadera Morada, erigida no por un hombre, sino por el Señor. (Hebreos 8, 2)

  • Porque en ese caso, hubiera tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. En cambio, ahora él se ha manifestado una sola vez, en la consumación de los tiempos, para abolir el pecado por medio de su Sacrificio. (Hebreos 9, 26)

  • Y por eso, de un solo hombre, y de un hombre ya cercano a la muerte, nació una descendencia numerosa como las estrellas del cielo e incontable como la arena que está a la orilla del mar. (Hebreos 11, 12)

  • ya que es un hombre interiormente dividido e inconstante en su manera de proceder. (Santiago 1, 8)

  • Feliz el hombre que soporta la prueba, porque después de haberla superado, recibirá la corona de Vida que el Señor prometió a los que lo aman. (Santiago 1, 12)

  • Él ha querido engendrarnos por su Palabra de verdad, para que seamos como las primicias de su creación. (Santiago 1, 18)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina