Encontrados 490 resultados para: cuerpo de Cristo

  • Por eso, Cristo es mediador de una Nueva Alianza entre Dios y los hombres, a fin de que, habiendo muerto para redención de los pecados cometidos en la primera Alianza, los que son llamados reciban la herencia eterna que ha sido prometida. (Hebreos 9, 15)

  • Cristo, en efecto, no entró en un Santuario erigido por manos humanas -simple figura del auténtico Santuario- sino en el cielo, para presentarse delante de Dios en favor nuestro. (Hebreos 9, 24)

  • así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud, aparecerá por segunda vez, ya no en relación con el pecado, sino para salvar a los que lo esperan. (Hebreos 9, 28)

  • Por eso, Cristo, al entrar en el mundo, dijo: Tú no has querido sacrificio ni oblación; en cambio, me has dado un cuerpo. (Hebreos 10, 5)

  • Y en virtud de esta voluntad quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre. (Hebreos 10, 10)

  • Cristo, en cambio, después de haber ofrecido por los pecados un único Sacrificio, se sentó para siempre a la derecha de Dios, (Hebreos 10, 12)

  • Acerquémonos, entonces, con un corazón sincero y llenos de fe, purificados interiormente de toda mala conciencia y con el cuerpo lavado por el agua pura. (Hebreos 10, 22)

  • Acuérdense de los que están presos, como si ustedes lo estuvieran con ellos, y de los que son maltratados, como si ustedes estuvieran en su mismo cuerpo. (Hebreos 13, 3)

  • les dice: «Vayan en paz, caliéntense y coman», y no les da lo que necesitan para su cuerpo? (Santiago 2, 16)

  • De la misma manera que un cuerpo sin alma está muerto, así está muerta la fe sin las obras. (Santiago 2, 26)

  • Cuando ponemos un freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, dominamos todo su cuerpo. (Santiago 3, 3)

  • También la lengua es un fuego: es un mundo de maldad puesto en nuestros miembros, que contamina todo el cuerpo, y encendida por el mismo infierno, hace arder todo el ciclo de la vida humana. (Santiago 3, 6)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina