Encontrados 113 resultados para: decían

  • los filisteos sintieron temor, porque decían: "Un dios ha llegado al campamento". Y exclamaron: "¡Ay de nosotros, porque nada de esto había sucedido antes! (I Samuel 4, 7)

  • Luego invitaron a reunirse a todos los príncipes de los filisteos, y estos decían: "Devuelvan el Arca del Dios de Israel; que regrese al lugar donde estaba, y no me haga morir a mí y a mi pueblo". Porque reinaba un pánico mortal en toda la ciudad, tal era el peso con que se hacía sentir la mano del Señor. (I Samuel 5, 11)

  • Todos los que lo conocían de antes, al verlo en trance en medio de los profetas, se decían unos a otros: "¿Qué le ha sucedido al hijo de Quis? ¿También Saúl está entre los profetas?". (I Samuel 10, 11)

  • No había entonces ningún herrero en Israel, porque los filisteos decían: "Hay que evitar que los hebreos se forjen espadas y lanzas". (I Samuel 13, 19)

  • ¿No es él acaso ese David de quien decían, cantando y bailando: ‘Saúl ha matado a miles y David a decenas de miles’?". (I Samuel 29, 5)

  • Se adueñó además de ovejas y vacas, y los que iban delante, acarreando ese ganado, decían: "¡Este es el botín de David!". (I Samuel 30, 20)

  • Al séptimo día, el niño murió. Los servidores de David no se atrevían a darle la noticia, porque se decían: "Si cuando el niño estaba vivo le hablábamos y no nos escuchaba, ¿cómo le vamos a decir que el niño está muerto? ¡Es capaz de hacer un disparate!". (II Samuel 12, 18)

  • miel, leche cuajada y queso de oveja y de vaca, y se los presentaron a David y a la gente que estaba con él, para que comieran. Porque decían: "La gente está hambrienta, cansada y sedienta de tanto caminar por el desierto". (II Samuel 17, 29)

  • Y en todas las tribus de Israel había discusiones entre el pueblo: "El rey, decían, nos libró de las manos de nuestros enemigos, nos liberó del poder de los filisteos, ¡y ahora ha tenido que huir del país a causa de Absalón! (II Samuel 19, 10)

  • ¡Por la vida del Señor, tu Dios!, no hay nación ni reino adonde mi señor Ajab no te haya mandado buscar. Y cuando decían: No está aquí, él hacía jurar a ese reino y a esa nación que no te habían encontrado. (I Reyes 18, 10)

  • Había cuatro hombres leprosos que se encontraban a la entrada de la Puerta y se decían unos a otros: "¿Por qué nos quedamos aquí a esperar la muerte? (II Reyes 7, 3)

  • Después buscó a Ocozías, y lo capturaron en Samaría, donde se había ocultado. Luego lo llevaron a la presencia de Jehú y lo mataron. Pero le dieron sepultura, porque decían: "Es el hijo de Josafat, el que buscó al Señor de todo corazón". En la familia de Ocozías no quedó nadie capaz de reinar. (II Crónicas 22, 9)


“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina