Encontrados 36 resultados para: escapar

  • Es imposible escapar de tu mano. (Sabiduría 16, 15)

  • se morían de miedo, y hasta rehusaban mirar el aire, del que nadie puede escapar. (Sabiduría 17, 10)

  • como a un pájaro que has dejado escapar de tu mano, así has perdido a tu amigo, y ya no lo recobrarás. (Eclesiástico 27, 19)

  • Y los habitantes de esta costa dirán en aquel día: ‘¡Ahí está nuestra esperanza, a la que acudíamos en busca de auxilio, para ser librados del rey de Asiria! Y ahora nosotros ¿cómo podremos escapar?’". (Isaías 20, 6)

  • Pero cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, subió contra el país, dijimos: Vengan, entremos en Jerusalén para escapar del ejército de los caldeos y del ejército de Arám. Por eso estamos ahora en Jerusalén". (Jeremías 35, 11)

  • Porque ciertamente yo te dejaré escapar, y no caerás bajo la espada; tu vida será para ti un botín, porque has confiado en mí -oráculo del Señor-. (Jeremías 39, 18)

  • ¡Ay del que acumula para su casa ganancias deshonestas, a fin de establecer en lo alto su nido y escapar a los golpes de la desgracia! (Habacuc 2, 9)

  • Al ver que muchos fariseos y saduceos se acercaban a recibir su bautismo, Juan les dijo: «Raza de víboras, ¿quién les enseñó a escapar de la ira de Dios que se acerca? (Mateo 3, 7)

  • ¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo podrán escapar a la condenación de la Gehena? (Mateo 23, 33)

  • Juan decía a la multitud que venía a hacerse bautizar por él: «Raza de víboras, ¿quién les enseñó a escapar de la ira de Dios que se acerca? (Lucas 3, 7)

  • Cuando la gente afirme que hay paz y seguridad, la destrucción caerá sobre ellos repentinamente, como los dolores del parto sobre una mujer embarazada, y nadie podrá escapar. (I Tesalonicenses 5, 3)

  • Tengan cuidado de no desoír al que habla. Porque si los que rehusaron escuchar al que promulgaba oráculos en la tierra, no pudieron escapar al castigo, ¿cómo podremos escapar nosotros si volvemos las espaldas al que habla desde el cielo? (Hebreos 12, 25)


“Não se aflija a ponto de perder a paz interior. Reze com perseverança, com confiança, com calma e serenidade.” São Padre Pio de Pietrelcina