Encontrados 700 resultados para: espíritu santo

  • Las andas eran tan largas que sus extremos se veían desde el Santo, por delante del lugar santísimo, aunque no se las veía desde afuera. Allí han estado hasta el día de hoy. (II Crónicas 5, 9)

  • Mientras los sacerdotes salían del Santo -porque todos los sacerdotes que se hallaban presentes se habían santificado, sin distinción de clases- (II Crónicas 5, 11)

  • Azarías, hijo de Oded, sobre el que había descendido el espíritu de Dios, (II Crónicas 15, 1)

  • Entonces se adelantó el espíritu y, puesto de pie delante del Señor, dijo: ‘Yo lo seduciré’. ‘¿Cómo?’, preguntó el Señor. (II Crónicas 18, 20)

  • Él respondió: ‘Iré y seré un espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas’. Entonces el Señor le dijo: ‘Tú lograrás seducirlo. Ve y obra así’. (II Crónicas 18, 21)

  • Ahora, el Señor ha puesto un espíritu de mentira en la boca de estos profetas, porque él ha decretado tu ruina". (II Crónicas 18, 22)

  • Sedecías, hijo de Canaaná, se acercó a Miqueas y le dio una bofetada, diciendo: "¿Por dónde se me escapó el espíritu del Señor para hablarte a ti?". (II Crónicas 18, 23)

  • Entonces el espíritu del Señor descendió sobre Iajaziel, hijo de Zacarías, hijo de Benaías, hijo de Ieiel, hijo de Matanías, uno de los levitas de los hijos de Asaf, que estaba en medio de la asamblea. (II Crónicas 20, 14)

  • El espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Iehoiadá, y este se presentó delante del pueblo y les dijo: "Así habla Dios: ¿Por qué quebrantan los mandamientos del Señor? Así no conseguirán nada. ¡Por haber abandonado al Señor, él los abandonará a ustedes!". (II Crónicas 24, 20)

  • En el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del Señor pronunciada por Jeremías, el Señor despertó el espíritu de Ciro, el rey de Persia, y este mandó proclamar de viva voz y por escrito en todo su reino: (II Crónicas 36, 22)

  • En el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del Señor pronunciada por Jeremías, el Señor despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia, y este mandó proclamar de viva voz y por escrito en todo su reino: (Esdras 1, 1)

  • Pero ahora, hace muy poco tiempo, el Señor, nuestro Dios, nos ha concedido la gracia de dejarnos un resto de sobrevivientes y de darnos un refugio en su Lugar santo. Así nuestro Dios ha iluminado nuestros ojos y nos ha dado un respiro en medio de nuestra esclavitud. (Esdras 9, 8)


“Devo fazer somente a vontade de Deus e, se lhe agrado, o restante não conta.” São Padre Pio de Pietrelcina