Encontrados 217 resultados para: filisteos

  • Los filisteos persiguieron de cerca a Saúl, y mataron a Jonatán, Abinadab y Malquisúa, los hijos de Saúl. (I Samuel 31, 2)

  • Los hombres de Israel que estaban al otro lado del valle y los que estaban al otro lado del Jordán, al ver que los israelitas huían y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las ciudades y se dieron a la fuga. Luego vinieron los filisteos y se establecieron allí. (I Samuel 31, 7)

  • Al día siguiente, cuando llegaron los filisteos para despojar a las víctimas, encontraron a Saúl y a sus tres hijos tendidos sobre el monte Gelboé. (I Samuel 31, 8)

  • Entonces cortaron la cabeza de Saúl y lo despojaron de sus armas. Luego enviaron mensajeros por todo el país de los filisteos, para dar la buena noticia en los templos de sus ídolos y a todo el pueblo. (I Samuel 31, 9)

  • Cuando los habitantes de Iabés de Galaad oyeron lo que los filisteos habían hecho a Saúl, (I Samuel 31, 11)

  • ¡No lo anuncien en Gat, no lo publiquen por las calles de Ascalón; que no se alegren las hijas de los filisteos, ni lo celebren las hijas de los incircuncisos! (II Samuel 1, 20)

  • Además, David envió mensajeros a Isbaal, hijo de Saúl, para intimarle: "Devuélveme a Mical, mi mujer, a la que yo adquirí por cien prepucios de filisteos". (II Samuel 3, 14)

  • Actúen ahora mismo, porque el Señor le ha dicho: ‘Por medio de David salvaré a mi pueblo Israel del poder de los filisteos y del poder de todos sus enemigos’". (II Samuel 3, 18)

  • Cuando los filisteos oyeron que habían ungido a David rey de Israel, subieron todos para atacarlo. David se enteró y bajó al refugio. (II Samuel 5, 17)

  • Los filisteos llegaron y se desplegaron en el valle de Refaím. (II Samuel 5, 18)

  • Entonces David consultó al Señor, diciendo: "¿Debo subir contra los filisteos? ¿Los entregarás en mis manos?". El Señor respondió a David: "Sube, porque ciertamente pondré a los filisteos en tus manos". (II Samuel 5, 19)

  • Como los filisteos habían abandonado allí sus ídolos, David y sus hombres se los llevaron. (II Samuel 5, 21)


“Não desperdice suas energias em coisas que geram preocupação, perturbação e ansiedade. Uma coisa somente é necessária: elevar o espírito e amar a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina