Encontrados 592 resultados para: fruto del Espíritu

  • Estos son los que provocan divisiones, hombres sensuales que no poseen el Espíritu. (Judas 1, 19)

  • Pero ustedes, queridos míos, edifíquense a sí mismos sobre el fundamento de su fe santísima, orando en el Espíritu Santo. (Judas 1, 20)

  • El Día del Señor fui arrebatado por el Espíritu y oí detrás de mí una voz fuerte como una trompeta, que decía: (Apocalipsis 1, 10)

  • El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor, le daré de comer del árbol de la vida, que se encuentra en el Paraíso de Dios». (Apocalipsis 2, 7)

  • El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias: la segunda muerte no dañará al vencedor». (Apocalipsis 2, 11)

  • El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor, le daré de comer el maná escondido, y también le daré una piedra blanca, en la que está escrito un nombre nuevo que nadie conoce fuera de aquel que lo recibe». (Apocalipsis 2, 17)

  • El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias». (Apocalipsis 2, 29)

  • El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias». (Apocalipsis 3, 6)

  • El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias». (Apocalipsis 3, 13)

  • El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias». (Apocalipsis 3, 22)

  • En ese mismo momento, fui arrebatado por el Espíritu y vi en el cielo un trono, en el cual alguien estaba sentado. (Apocalipsis 4, 2)

  • Luego escuché una voz que me ordenaba desde el cielo: «Escribe: ¡Felices los que mueren en el Señor! Sí -dice el Espíritu- de ahora en adelante, ellos pueden descansar de sus fatigas, porque sus obras los acompañan». (Apocalipsis 14, 13)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina