Encontrados 487 resultados para: fuego extraño
Incendió la Casa del Señor, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén, y prendió fuego a todas las casa de los nobles. (II Reyes 25, 9)
Los filisteos abandonaron allí a sus dioses, y David dijo: "¡Que sean arrojados al fuego!". (I Crónicas 14, 12)
Allí edificó David un altar al Señor, y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Invocó al Señor, y él le respondió enviando fuego del cielo sobre el altar del holocausto. (I Crónicas 21, 26)
Cuando Salomón terminó de orar, bajó fuego del cielo y devoró el holocausto y los sacrificios. La gloria del Señor llenó la Casa, (II Crónicas 7, 1)
Todos los israelitas, al ver que bajaba el fuego y que la gloria del Señor se posaba sobre la Casa, se postraron con el rostro en tierra sobre el pavimento, mientras adoraban y celebraban al Señor, "porque es bueno, porque es eterno su amor". (II Crónicas 7, 3)
Quemó incienso en el valle de Ben Hinnóm e inmoló a sus hijos en el fuego, según las costumbres abominables de las naciones que el Señor había desposeído delante de los israelitas. (II Crónicas 28, 3)
Inmoló a sus propios hijos en el fuego, en el valle de Ben Hinnóm, practicó la astrología, la magia y la hechicería, e instituyó nigromantes y adivinos. Persistió en hacer lo que es malo a los ojos del Señor, provocando su indignación. (II Crónicas 33, 6)
Después asaron al fuego la víctima pascual, como está establecido, cocinaron las otras ofrendas consagradas, en ollas, cacerolas y fuentes, y las repartieron rápidamente entre toda la gente del pueblo. (II Crónicas 35, 13)
Ellos quemaron la Casa de Dios, demolieron las murallas de Jerusalén, prendieron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. (II Crónicas 36, 19)
y dije al rey: "¡Viva el rey para siempre! ¿Cómo no voy a estar con la cara triste, si la ciudad donde están las tumbas de mis padres se encuentra en ruinas y sus puertas han sido consumidas por el fuego?". (Nehemías 2, 3)
Salí de noche por la puerta del Valle, en dirección a la fuente del Dragón y a la puerta del Basural, e inspeccioné atentamente las murallas de Jerusalén, allí donde había brechas y donde las puertas habían sido consumidas por el fuego. (Nehemías 2, 13)
Los guiaste de día con una columna de nube y de noche, con una columna de fuego, para iluminarles el camino que debían recorrer. (Nehemías 9, 12)