Encontrados 15 resultados para: justificación

  • Abrám creyó en el Señor, y el Señor se lo tuvo en cuenta para su justificación. (Génesis 15, 6)

  • El que jura constantemente está lleno de iniquidad y el flagelo no se apartará de su casa. Si falta a su juramento, incurre en pecado; si lo menosprecia, peca doblemente; si juró en vano, no tendrá justificación y su casa se llenará de desgracias. (Eclesiástico 23, 11)

  • Ustedes deben saber que la remisión de los pecados les ha sido anunciada por él. Y la justificación que ustedes no podían alcanzar por la Ley de Moisés, gracias a él, (Hechos 13, 38)

  • Porque, ¿qué dice la Escritura?: Abraham creyó en Dios y esto le fue tenido en cuenta para su justificación. (Romanos 4, 3)

  • Pero al que no hace nada, sino que cree en aquel que justifica al impío, se le tiene en cuenta la fe para su justificación. (Romanos 4, 5)

  • Pero esta felicidad, ¿es únicamente para los que han sido circuncidados, o también para los que no lo han sido? Consideremos lo que ya dijimos: A Abraham le fue tenida en cuenta la fe para su justificación. (Romanos 4, 9)

  • Y él recibió el signo de la circuncisión, como sello de la justicia que alcanzó por medio de la fe, antes de ser circuncidado. Así llegó a ser padre de aquellos que, a pesar de no estar circuncidados, tienen la fe que les es tenida en cuenta para su justificación. (Romanos 4, 11)

  • Por eso, la fe le fue tenida en cuenta para su justificación. (Romanos 4, 22)

  • el cual fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación. (Romanos 4, 25)

  • Tampoco se puede comparar ese don con las consecuencias del pecado cometido por un solo hombre, ya que el juicio de condenación vino por una sola falta, mientras que el don de la gracia lleva a la justificación después de muchas faltas. (Romanos 5, 16)

  • Por consiguiente, así como la falta de uno solo causó la condenación de todos, también el acto de justicia de uno solo producirá para todos los hombres la justificación que conduce a la Vida. (Romanos 5, 18)

  • ya que el término de la Ley es Cristo, para justificación de todo el que cree. (Romanos 10, 4)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina