Encontrados 90 resultados para: llama

  • Él alza una insignia para una nación lejana, la llama con un silbido desde el extremo de la tierra, y ella acude veloz, rápidamente. (Isaías 5, 26)

  • No llamen "conjura" a todo lo que este pueblo llama "conjura"; no teman lo que él teme ni tiemblen por eso. (Isaías 8, 12)

  • La Luz de Israel se convertirá en un fuego y su Santo en una llama, que arderá y devorará sus zarzas y sus espinas en un solo día. (Isaías 10, 17)

  • serás visitada por el Señor de los ejércitos, con trueno, fragor y gran estruendo, huracán, tempestad y llama de fuego devorador. (Isaías 29, 6)

  • El Señor hará oír su voz majestuosa y mostrará su brazo que se descarga en el ardor de su ira, en la llama de un fuego devorador, en el huracán, la tormenta y el granizo. (Isaías 30, 30)

  • Porque así me ha hablado el Señor: Como gruñe el león o el cachorro de león sobre su presa, cuando se llama contra él a todos los pastores, sin dejarse intimidar por sus gritos ni amedrentarse por el tumulto, así el Señor de los ejércitos bajará a combatir sobre la montaña de Sión y su colina. (Isaías 31, 4)

  • Levanten los ojos a lo alto y miren: ¿quién creó todos estos seres? El que hace salir a su ejército uno por uno y los llama a todos por su nombre: ¡su vigor es tan grande, tan firme su fuerza, que no falta ni uno solo! (Isaías 40, 26)

  • ¿Quién obró así, quién hizo esto? El que llama a las generaciones desde el principio, yo, el Señor, el Primero, y que seré el mismo al final. (Isaías 41, 4)

  • Te daré tesoros secretos y riquezas escondidas, para que sepas que yo soy el Señor, el que te llama por tu nombre, el Dios de Israel. (Isaías 45, 3)

  • Porque tu esposo es aquel que te hizo: su nombre es Señor de los ejércitos; tu redentor es el Santo de Israel: él se llama "Dios de toda la tierra". (Isaías 54, 5)

  • El justo desaparece y a nadie le llama la atención; los hombres de bien son arrebatados, sin que nadie comprenda que el justo es arrebatado a consecuencia de la maldad. (Isaías 57, 1)

  • "Plata de desecho", así se los llama porque el Señor los ha desechado. (Jeremías 6, 30)


“Amemos ao próximo. Custa tão pouco querer bem ao outro.” São Padre Pio de Pietrelcina