Encontrados 30 resultados para: llamados

  • Los que nacieron después de ellos, en cambio, serán tuyos, y serán llamados con el nombre de sus hermanos para recibir su herencia. (Génesis 48, 6)

  • Entonces Jonatán se volvió contra los árabes llamados sabadeos, los derrotó y se apoderó del botín. (I Macabeos 12, 31)

  • Luego se alejaron de allí ciento cincuenta kilómetros y llegaron a Járaca, donde vivían los judíos llamados tubienos. (II Macabeos 12, 17)

  • "Los judíos llamados asideos, capitaneados por Judas Macabeo, fomentan la guerra y las sediciones, y no dejan que el reino viva en paz. (II Macabeos 14, 6)

  • Entonces, el resto de Sión, los sobrevivientes de Jerusalén, serán llamados santos: todos ellos estarán inscritos para la vida, en Jerusalén. (Isaías 4, 3)

  • a todos los que son llamados con mi Nombre, a los que he creado para mi gloria, a los que yo mismo hice y formé!". (Isaías 43, 7)

  • a cambiar su ceniza por una corona, su ropa de luto por el óleo de la alegría, y su abatimiento por un canto de alabanza. Ellos serán llamados "Encinas de justicia", "Plantación del Señor, para su gloria". (Isaías 61, 3)

  • Y ustedes serán llamados "Sacerdotes del Señor", se les dirá "Ministros de nuestro Dios". Se alimentarán con las riquezas de las naciones, se enorgullecerán con su magnificencia. (Isaías 61, 6)

  • ¡Desde hace mucho tiempo, tú no nos gobiernas, y ya no somos llamados por tu Nombre! (Isaías 63, 19)

  • ¿Por qué procedes como un hombre aturdido, como un guerrero impotente para salvar? Pero tú, Señor, estás en medio de nosotros, nosotros somos llamados con tu Nombre: ¡no nos abandones! (Jeremías 14, 9)

  • ¡Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor, presta atención y obra! ¡No tardes más, a causa de ti, Dios mío, porque tu Ciudad y tu pueblo son llamados con tu Nombre!". (Daniel 9, 19)

  • Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. (Mateo 5, 9)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina