Encontrados 301 resultados para: luz

  • Antes de las contracciones, ella dio a luz; antes de que le llegaran los dolores, dio a luz un hijo varón. (Isaías 66, 7)

  • ¿Quién oyó jamás algo semejante, quién ha visto una cosa igual? ¿Se da a luz un país en un solo día? ¿Se hace nacer una nación de una sola vez? Pero Sión, apenas sintió los dolores, ha dado a luz a sus hijos. (Isaías 66, 8)

  • ¿Acaso yo abriré la matriz y no haré dar a luz?, dice el Señor. ¿Acaso la voy a cerrar, yo que hago nacer?, dice tu Dios. (Isaías 66, 9)

  • los que dicen a un trozo de madera: "¡Tú me has dado a luz!". Porque ellos me vuelven la espalda, no la cara, y después, en el tiempo de su desgracia, dicen: "¡Levántate y sálvanos!". (Jeremías 2, 27)

  • Miro a la tierra, y es un caos, a los cielos, y ya no tienen su luz. (Jeremías 4, 23)

  • ¡Den gloria al Señor, su Dios, antes que él haga oscurecer, antes que los pies de ustedes tropiecen contra las montañas del crepúsculo! Ustedes aguardan la luz, y él la cambiará en tinieblas, la convertirá en densa oscuridad. (Jeremías 13, 16)

  • Desfallece la que dio a luz siete veces, está a punto de expirar; su sol se ha puesto en pleno día, quedó avergonzada y confundida. Al resto de ellos los entregaré a la espada delante de sus enemigos -oráculo del Señor-. (Jeremías 15, 9)

  • ¡Qué desgracia, madre mía, que me hayas dado a luz, a mí, un hombre discutido y controvertido por todo el país! Yo no di ni recibí nada prestado, pero todos me maldicen. (Jeremías 15, 10)

  • Porque así habla el Señor acerca de los hijos y de las hijas que han nacido en este lugar, de las madres que los dan a luz y de los padres que los engendran en este país: (Jeremías 16, 3)

  • ¡Maldito el día en que nací! ¡El día en que mi madre me dio a luz jamás sea bendecido! (Jeremías 20, 14)

  • Yo te arrojaré, a ti y a tu madre que te dio a luz, a un país extraño, donde ustedes no han nacido, y allí morirán. (Jeremías 22, 26)

  • Haré desaparecer de entre ellos el grito de alegría y el grito de júbilo, el canto del esposo y el canto de la esposa, el ruido del molino y la luz de la lámpara. (Jeremías 25, 10)


“Submeter-se não significa ser escravo, mas ser livre para receber santos conselhos.” São Padre Pio de Pietrelcina