Encontrados 334 resultados para: madre

  • El que abandona a su padre es como un blasfemo y el que irrita a su madre es maldecido por el Señor. (Eclesiástico 3, 16)

  • Sé un padre para los huérfanos y como un marido para su madre: así serás como un hijo del Altísimo y él te amará más que tu propia madre. (Eclesiástico 4, 10)

  • Glorifica a tu padre de todo corazón y no olvides los dolores de tu madre; (Eclesiástico 7, 27)

  • Ella le saldrá al encuentro como una madre y lo recibirá como una joven esposa, (Eclesiástico 15, 2)

  • Acuérdate de tu padre y de tu madre, cuando te sientes en medio de los grandes, no sea que los olvides en presencia de ellos y te comportes como un necio. Porque entonces preferirías no haber nacido y maldecirías el día de tu nacimiento. (Eclesiástico 23, 14)

  • Una penosa tarea ha sido impuesta a todo hombrey un yugo pesado agobia a los hijos de Adán, desde el día que salen del vientre materno, hasta el día que retornan a la madre común. (Eclesiástico 40, 1)

  • Tengan vergüenza de la fornicación ante su padre y su madre, y de la mentira, ante un jefe y un poderoso; (Eclesiástico 41, 17)

  • ¡Escúchenme, costas lejanas, presten atención, pueblos remotos! El Señor me llamó desde el seno materno, desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre. (Isaías 49, 1)

  • ¿Se olvida una madre de su criatura, no se compadece del hijo de sus entrañas? ¡Pero aunque ella se olvide, yo no te olvidaré! (Isaías 49, 15)

  • Así habla el Señor: ¿Dónde está el acta de divorcio con la que despedí a la madre de ustedes? O bien, ¿a cuál de mis acreedores yo los he vendido? No, ustedes fueron vendidos por sus culpas, por los crímenes de ustedes fue despedida su madre (Isaías 50, 1)

  • Como un hombre es consolado por su madre, así yo los consolaré a ustedes, y ustedes serán consolados en Jerusalén. (Isaías 66, 13)

  • Digan al rey y a la reina madre: Siéntense en el suelo, porque se les ha caído de la cabeza la corona de gloria. (Jeremías 13, 18)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina