Encontrados 312 resultados para: montaña

  • Sus nombres eran estos: el hijo de Jur, en la montaña de Efraím; (I Reyes 4, 8)

  • Salomón tenía además setenta mil hombres que transportaban las cargas, y ochenta mil canteros en la montaña, (I Reyes 5, 29)

  • Fue entonces cuando Salomón erigió, sobre la montaña que está al este de Jerusalén, un lugar alto dedicado a Quemós, el abominable ídolo de Moab, y a Milcóm, el ídolo de los amonitas. (I Reyes 11, 7)

  • Jeroboám, por su parte, fortificó Siquém, en la montaña de Efraím, y se estableció en ella. Luego salió de allí y fortificó Penuel. (I Reyes 12, 25)

  • y luego le compró a Sémer el monte de Samaría, por dos talentos de plata. Levantó edificaciones en la montaña, y dio a la ciudad que había edificado el nombre de Samaría, por el nombre de Sémer, el dueño del monte. (I Reyes 16, 24)

  • Elías se levantó, comió y bebió, y fortalecido por ese alimento caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta la montaña de Dios, el Horeb. (I Reyes 19, 8)

  • El Señor le dijo: "Sal y quédate de pie en la montaña, delante del Señor". Y en ese momento el Señor pasaba. Sopló un viento huracanado que partía las montañas y resquebrajaba las rocas delante del Señor. Pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, hubo un terremoto. Pero el Señor no estaba en el terremoto. (I Reyes 19, 11)

  • El rey envió a un oficial con sus cincuenta hombres para buscar a Elías. Cuando él subió a buscarlo, lo encontró sentado en la cumbre de la montaña, y le dijo: "Hombre de Dios, el rey ha dicho que bajes". (II Reyes 1, 9)

  • y le dijeron: "Hay aquí, entre tus servidores, cincuenta hombres valientes. Deja que vayan a buscar a tu señor; tal vez el espíritu del Señor se lo llevó y lo arrojó sobre alguna montaña o en algún valle". Él replicó: "No envíen a nadie". (II Reyes 2, 16)

  • Y al llegar junto al hombre de Dios, en la montaña, se abrazó a sus pies. Guejazí se acercó para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: "Déjala, porque está muy apenada, y el Señor me lo tuvo oculto, no me manifestó nada". (II Reyes 4, 27)

  • "No, respondió él; pero mi señor te manda decir: Hace apenas un momento vinieron a verme dos muchachos de la montaña de Efraím, de la comunidad de profetas. Te ruego que me des para ellos un talento de plata y dos mudas de ropa". (II Reyes 5, 22)

  • Luego Eliseo oró diciendo: "Señor, ábrele los ojos para que vea". El Señor abrió los ojos del servidor, y él vio que la montaña estaba repleta de caballos y carros de guerra alrededor de Eliseo. (II Reyes 6, 17)


“Deus sempre nos dá o que é melhor para nós.” São Padre Pio de Pietrelcina