Encontrados 579 resultados para: palabras

  • fue arrebatado al paraíso, y oyó palabras inefables que el hombre es incapaz de repetir. (II Corintios 12, 4)

  • Fue por medio de una revelación como se me dio a conocer este misterio, tal como acabo de exponérselo en pocas palabras. (Efesios 3, 3)

  • No profieran palabras inconvenientes; al contrario, que sus palabras sean siempre buenas, para que resulten edificantes cuando sea necesario y hagan bien a aquellos que las escuchan. (Efesios 4, 29)

  • y también por mí, a fin de que encuentre palabras adecuadas para anunciar resueltamente el misterio del Evangelio, (Efesios 6, 19)

  • Porque la Buena Noticia que les hemos anunciado llegó hasta ustedes, no solamente con palabras, sino acompañada de poder, de la acción del Espíritu Santo y de toda clase de dones. Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos allí al servicio de ustedes. (I Tesalonicenses 1, 5)

  • Ustedes saben -y Dios es testigo de ello- que nunca hemos tenido palabras de adulación, ni hemos buscado pretexto para ganar dinero. (I Tesalonicenses 2, 5)

  • que no se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado. (II Tesalonicenses 2, 2)

  • Por eso, Dios nuevamente fija un día -un hoy- cuando muchos años después, dice por boca de David las palabras ya citadas: Si hoy escuchan su voz, no endurezcan su corazón. (Hebreos 4, 7)

  • sonido de trompeta, y un estruendo tal de palabras, que aquellos que lo escuchaban no quisieron que se les siguiera hablando. (Hebreos 12, 19)

  • Estas palabras una vez más quieren decir que las cosas que se conmueven van a cambiar -porque son creadas- para que permanezcan las que son inconmovibles. (Hebreos 12, 27)

  • porque todos faltamos de muchas maneras. Si alguien no falta con palabras es un hombre perfecto, porque es capaz de dominar toda su pesona. (Santiago 3, 2)

  • El que ama la vida y desea gozar de días felices, guarde su lengua del mal y sus labios de palabras mentirosas; (I Pedro 3, 10)


“Proponha-se a exercitar-se nas virtudes”. São Padre Pio de Pietrelcina