Encontrados 321 resultados para: profeta eliseo

  • Naamán llegó entonces con sus caballos y su carruaje, y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo. (II Reyes 5, 9)

  • Eliseo mandó un mensajero para que le dijera: "Ve a bañarte siete veces en el Jordán; tu carne se restablecerá y quedarás limpio". (II Reyes 5, 10)

  • Pero sus servidores se acercaron para decirle: "Padre, si el profeta te hubiera mandado una cosa extraordinaria ¿no la habrías hecho? ¡Cuánto más si él te dice simplemente: Báñate y quedarás limpio!". (II Reyes 5, 13)

  • Pero Eliseo replicó: "Por la vida del Señor, a quien sirvo, no aceptaré nada". Naamán le insistió para que aceptara, pero él se negó. (II Reyes 5, 16)

  • Eliseo le respondió: "Vete en paz". Después que Naamán se alejó a una cierta distancia de Eliseo, (II Reyes 5, 19)

  • Guejazí, servidor de Eliseo, el hombre de Dios, pensó: "Mi señor se ha mostrado demasiado desprendido con ese arameo Naamán, al rehusar los presentes que había traído. Por la vida del Señor, voy a correr detrás de él a ver si le saco alguna cosa". (II Reyes 5, 20)

  • Cuando fue a presentarse ante su señor, Eliseo le dijo: "¿De dónde vienes, Guejazí?". Él respondió: "Tu servidor no fue a ninguna parte". (II Reyes 5, 25)

  • Pero Eliseo le replicó: "¿No estaba allí mi espíritu cuando un hombre descendió de su carruaje para ir a tu encuentro? Y ahora que has conseguido esa plata, podrás obtener jardines, olivares y viñas, ovejas y vacas, esclavos y esclavas. (II Reyes 5, 26)

  • La comunidad de profetas dijo a Eliseo: "La sala donde nos reunimos a escucharte es demasiado estrecha para nosotros. (II Reyes 6, 1)

  • El hombre de Dios dijo: "¿Dónde cayó?". Él le mostró el lugar, y Eliseo partió un pedazo de madera; lo arrojó allí, y el hacha salió a flote. (II Reyes 6, 6)

  • Entonces el rey de Israel enviaba algunos hombres al lugar que le había dicho el hombre de Dios. Eliseo le avisaba, y él tomaba las precauciones debidas. Esto sucedió más de una vez. (II Reyes 6, 10)

  • Pero uno de los oficiales le respondió: "No, majestad; Eliseo, el profeta de Israel, es el que comunica al rey de Israel las palabras que tú pronuncias aun en tu dormitorio". (II Reyes 6, 12)


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