Encontrados 33 resultados para: rebelde

  • Por sus ganancias injustas, yo me irrité y lo herí, ocultándome en mi irritación, pero el rebelde siguió el camino que quería. (Isaías 57, 17)

  • Tendí mis manos incesantemente hacia un pueblo rebelde, que va por un mal camino, tras sus propios designios. (Isaías 65, 2)

  • Este pueblo tiene un corazón rebelde e indócil, se han apartado y se han ido, (Jeremías 5, 23)

  • Pero el Señor es justo, porque yo fui rebelde a su palabra. ¡Oigan bien, todos los pueblos, y miren mi dolor! Mis vírgenes y mis jóvenes han partido al cautiverio. (Lamentaciones 1, 18)

  • ¡Mira, Señor, cómo estoy angustiada, me hierven las entrañas! Mi corazón se conmueve en mi interior, porque he sido rebelde. Afuera, me priva de hijos la espada, adentro, la muerte. (Lamentaciones 1, 20)

  • Yo sé, en efecto, que ellos no me escucharán, porque son un pueblo obstinado y rebelde, pero en la tierra de su exilio, volverán sobre sí mismos (Baruc 2, 30)

  • Y sea que escuchen o se nieguen a hacerlo -porque son un pueblo rebelde- sabrán que hay un profeta en medio de ellos. (Ezequiel 2, 5)

  • En cuanto a ti, hijo de hombre, no les temas ni tengas miedo de lo que digan, porque estás entre cardos y espinas, y sentado sobre escorpiones; no tengas miedo de lo que digan ni te acobardes delante de ellos, porque son un pueblo rebelde. (Ezequiel 2, 6)

  • Tú les comunicarás mis palabras, sea que escuchen o se nieguen a hacerlo, porque son un pueblo rebelde. (Ezequiel 2, 7)

  • Y tú, hijo de hombre, escucha lo que te voy a decir; no seas rebelde como ese pueblo rebelde: abre tu boca y come lo que te daré. (Ezequiel 2, 8)

  • haré tu frente como el diamante, que es más duro que la roca. No les tengas miedo ni te acobardes delante de ellos, porque son un pueblo rebelde. (Ezequiel 3, 9)

  • Yo haré que se te pegue la lengua al paladar y quedarás mudo: así dejarás de reprenderlos, porque son un pueblo rebelde. (Ezequiel 3, 26)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina