Encontrados 1052 resultados para: reinado de david

  • Yo, el Señor, seré su Dios, y mi servidor David será príncipe en medio de ellas. Yo, el Señor, he hablado. (Ezequiel 34, 24)

  • Mi servidor David reinará sobre ellos y todos ellos tendrán un solo pastor. Observarán mis leyes, cumplirán mis preceptos y los pondrán en práctica. (Ezequiel 37, 24)

  • Habitarán en la tierra que di a mi servidor Jacob, donde habitaron sus padres. Allí habitarán para siempre, ellos, sus hijos y sus nietos; y mi servidor David será su príncipe eternamente. (Ezequiel 37, 25)

  • El tercer año del reinado de Joaquím, rey de Judá, llegó a Jerusalén Nabucodonosor, rey de Babilonia, y la sitió. (Daniel 1, 1)

  • El segundo año del reinado de Nabucodonosor, este tuvo unos sueños, y su espíritu quedó tan perturbado que no pudo seguir durmiendo. (Daniel 2, 1)

  • Y esta es la interpretación de las palabras: Mené: Dios ha contado los días de tu reinado y les ha puesto fin; (Daniel 5, 26)

  • Así este Daniel estuvo en auge bajo el reinado de Darío y bajo el reinado de Ciro el persa. (Daniel 6, 29)

  • El tercer año del reinado del rey Baltasar, se me presentó una visión, a mí, Daniel, después de aquella que se me había presentado anteriormente. (Daniel 8, 1)

  • Al fin de su reinado, cuando los pecadores hayan colmado la medida, surgirá un rey atrevido y astuto. (Daniel 8, 23)

  • el primer año de su reinado, yo, Daniel, investigaba en los Libros el número de años que, según la palabra del Señor al profeta Jeremías, debían cumplirse sobre las ruinas de Jerusalén: eran setenta años. (Daniel 9, 2)

  • Entonces el Señor dijo a Oseas: "Llámalo Izreel, porque dentro de poco tiempo pediré cuenta a la casa de Jehú por la sangre derramada en Izreel, y pondré fin al reinado de la casa de Israel. (Oseas 1, 4)

  • Después los israelitas volverán y buscarán al Señor, su Dios, y a David, su rey; y acudirán con temor al Señor y a sus bienes, en los días futuros. (Oseas 3, 5)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina