Encontrados 292 resultados para: sabiduría

  • nunca aprendí la sabiduría, ¡y qué puedo saber de la ciencia del Santo! (Proverbios 30, 3)

  • y me dediqué a investigar y a explorar con sabiduría todo lo que se hace bajo el cielo: es esta una ingrata tarea que Dios impuso a los hombres para que se ocupen de ella. (Eclesiastés 1, 13)

  • Entonces me dije a mí mismo: Yo acumulé una gran sabiduría, más que todos mis predecesores en Jerusalén, y mi corazón ha visto mucha sabiduría y ciencia. (Eclesiastés 1, 16)

  • Me dediqué a conocer la sabiduría, la ciencia, la locura y la necedad, y advertí que también eso es correr tras el viento. (Eclesiastés 1, 17)

  • Porque mucha sabiduría trae mucha aflicción, y el que acumula ciencia, acumula dolor. (Eclesiastés 1, 18)

  • Llegué a ser tan grande, que superé a todos mis predecesores en Jerusalén. Sin embargo, la sabiduría permanecía siempre conmigo. (Eclesiastés 2, 9)

  • Entonces volví mis ojos hacia la sabiduría, hacia la locura y la insensatez. Porque ¿qué hará el sucesor del rey? Lo mismo que ya se había hecho antes. (Eclesiastés 2, 12)

  • Y vi que la sabiduría aventaja a la insensatez, como la luz a las tinieblas: (Eclesiastés 2, 13)

  • ¿Y quién sabe si él será sabio o necio? Pero será el dueño de lo que yo he conseguido con esfuerzo y sabiduría bajo el sol. También esto es vanidad. (Eclesiastés 2, 19)

  • Porque un hombre que ha trabajado con sabiduría, con ciencia y eficacia, tiene que dejar su parte a otro que no hizo ningún esfuerzo. También esto es vanidad y una grave desgracia. (Eclesiastés 2, 21)

  • Porque al que es de su agrado él le da sabiduría, ciencia y alegría; al pecador, en cambio, lo ocupa en amontonar y atesorar para dárselo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 2, 26)

  • No digas: "¿A qué se debe que el tiempo pasado fue mejor que el presente?". Porque no es la sabiduría la que te lleva a hacer esa pregunta. (Eclesiastés 7, 10)


“No juízo final daremos contas a Deus até de uma palavra inútil que tenhamos dito.” São Padre Pio de Pietrelcina