Encontrados 187 resultados para: segundo censo
en primer lugar, sinceramente preocupado por los intereses del rey y, en segundo lugar, por consideración hacia mis compatriotas. A causa de la conducta irreflexiva de los hombres ya mencionados, toda nuestra nación padece no pocos infortunios. (II Macabeos 14, 8)
El cuidado de las mujeres y los niños, de sus hermanos y parientes, pasaba a segundo plano; lo primero y principal era el Templo consagrado. (II Macabeos 15, 18)
Porque, primero, ha desobedecido la Ley del Señor; segundo, ha faltado contra su marido; tercero, se ha prostituido con su adulterio, teniendo hijos con un hombre extraño. (Eclesiástico 23, 23)
El comandante de la guardia apresó a Seraías, el sumo sacerdote, a Sefanías, el segundo sacerdote, y a los tres guardianes del umbral. (Jeremías 52, 24)
Cada uno de ellos tenía cuatro rostros: el primero era un rostro de querubín, el segundo, un rostro de hombre, el tercero, un rostro de león y el cuarto, un rostro de águila. (Ezequiel 10, 14)
El segundo día, ofrecerás un chivo sin defecto como sacrificio por el pecado y se quitará el pecado del altar, como se había hecho con el ternero. (Ezequiel 43, 22)
El segundo año del reinado de Nabucodonosor, este tuvo unos sueños, y su espíritu quedó tan perturbado que no pudo seguir durmiendo. (Daniel 2, 1)
Luego vi otro animal, el segundo, semejante a un oso; él estaba medio erguido y tenía tres costillas en su boca, entre sus dientes. Y le hablaban así: "¡Levántate, devora carne en abundancia!". (Daniel 7, 5)
En el segundo año del rey Darío, el primer día del sexto mes, la palabra del Señor fue dirigida, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y a Josué, hijo de Iehosadac, el Sumo Sacerdote, en estos términos: (Ageo 1, 1)
Era el día veinticuatro del sexto mes, del segundo año del rey Darío. (Ageo 1, 15)
El día veinticuatro del noveno mes, el segundo año de Darío, la palabra del Señor llegó al profeta Ageo, en estos términos: (Ageo 2, 10)
En el octavo mes del segundo año de Darío, la palabra del Señor llegó al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Idó, en estos términos: (Zacarías 1, 1)