Encontrados 13 resultados para: siclo

  • Cuando los camellos terminaron de beber, el hombre tomó un anillo de oro que pesaba medio siclo, y lo colocó en la nariz de la joven; luego le puso en los brazos dos pulseras de diez siclos. (Génesis 24, 22)

  • La cantidad que pagarán todos los que sean sometidos al censo será medio siclo, según el peso de los siclos del Santuario; y este será un tributo reservado al Señor. (Exodo 30, 13)

  • El rico no dará más de medio siclo, ni el pobre menos, para cumplir con el impuesto debido al Señor en rescate de sus vidas. (Exodo 30, 15)

  • o sea, medio siclo por cada uno de los incluidos en el censo de los seiscientos tres mil quinientos cincuenta hombres de veinte años para arriba. (Exodo 38, 26)

  • Todas las tasaciones se harán en siclos del Santuario; cada siclo equivale a veinte gueras. (Levítico 27, 25)

  • toma cinco siclos por cabeza -en siclos del Santuario, teniendo en cuenta que cada siclo equivale a veinte gueras- (Números 3, 47)

  • El servidor volvió a tomar la palabra, y respondió a Saúl: "Mira, aquí tengo un cuarto de siclo de plata; se lo daré al hombre de Dios, y él nos indicará el camino". (I Samuel 9, 8)

  • Había que pagar dos tercios de siclo por las azadas y las rejas de arado, y un tercio de siclo por afilar las hachas y reparar las picanas. (I Samuel 13, 21)

  • Eliseo dijo entonces: "Escuchen la palabra del Señor: Así habla el Señor: Mañana, a esta misma hora, se venderá un balde de harina de la mejor calidad por un siclo, y dos baldes de cebada por el mismo precio, en la Puerta de Samaría". (II Reyes 7, 1)

  • El pueblo salió a saquear el campamento de los arameos, y se tuvo un balde de harina por un siclo, y dos baldes de cebada por el mismo precio, conforme a la palabra del Señor. (II Reyes 7, 16)

  • En efecto, cuando el hombre de Dios había dicho al rey: "Mañana, a esta misma hora, se venderá un balde de harina de la mejor calidad por un siclo, y dos baldes de cebada por el mismo precio, en la Puerta de Samaría", (II Reyes 7, 18)

  • Nos imponemos la obligación de dar cada año un tercio de siclo para el culto de la Casa de nuestro Dios, (Nehemías 10, 33)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina